jueves, 31 de enero de 2008

Violencia infantil



Papá, no me pegues, tus golpes no sólo hieren mi cuerpo, golpea en mi corazón, me hacen duro y rebelde, terco, torpe y agresivo.
Tus golpes me hacen sentir miserable, pequeño e indigno de ti, mi héroe; me llenan de amargura, bloquean mi capacidad de amar, crecen mis temores y nace en mí el odio.
Papá tus golpes me alejan de ti, me enseñan a mentir, cortan mi iniciativa, creatividad y mi alegría.
No me golpees más, soy débil e indefenso ante tu fuerza, tus golpes enlutan mi camino y sobretodo endurecen mi alma.
La fuerza de tu razón es superior a la fuerza de tus golpes. Si crees que no te entiendo aún, te lo prometo, pronto lo haré.
Más poderosos que tus golpes, más efectivos y grandiosos, son tu afecto, tus caricias, tus palabras y tus besos.
Papá, tu grandeza no está en el poder de tu fuerza física, eres mucho más cuando no necesitas de ella para guiarme, sólo abrázame y permítete seguir siendo mi héroe para toda la vida.

lunes, 28 de enero de 2008

¿Cómo pudíste hacerme esto...?



¿Cómo pudiste hacerme esto...?
Cuando era un cachorro, te hacia reír con mis gracias, con mis travesuras y te llenada de alegría. Me decías que era tu bebé, a pesar de algunos zapatos mordidos, y algunas almohadas deshechas. Jugando juntos, me convertí en tu mejor amigo. Cuando me portaba mal, agitabas tu dedo junto a mi cara y me preguntabas...¿Porqué lo has hecho?, pero de inmediato sonreías, me ponías boca arriba y rodábamos por el suelo y me acariciabas.
Mi entrenamiento para ser limpio, tardó un poco más de lo esperado, pues siempre estabas ocupado, pero juntos trabajamos y lo conseguimos. Recuerdo aquella noche que olfateándote en la cama, escuchando tus confidencias y sueños secretos, pensé que no podría existir nada más hermoso, ni perfecto que mi vida a tu lado. Dábamos largas caminatas, corríamos por el parque, recorríamos kilómetros y kilómetros en coche, y nos deteníamos para tomar un helado, cuando a mí sólo me tocaba el cono, porque decías que el helado no era bueno para los perros y, luego tomaba largas siestas en el sol esperando tu regreso a casa al final del día.
Poco a poco empezaste a pasar mucho más tiempo en el trabajo y en la carretera, y más tiempo aún, buscando una pareja humana, te esperaba pacientemente, te consolaba en tus tristezas y desilusiones, y era una explosión de alegría cuando volvías a casa.
Cuando te enamoraste de ella, me sentí igual de feliz; ahora es tu esposa y no es una amante de los animales, sin embargo, le di la bienvenida a nuestra casa, traté de mostrarle afecto y siempre la obedecí.
Después llegaron los bebés humanos, y compartí tu emoción.
Me fascinaba su piel rosada, y lo bien que olían, estaba contento de ofrecerles mi amor maternal. Sólo que tú y ella pensaban que yo pudiera lastimarlos, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo alejado, en una jaula. Cuando empezaron a crecer me convertí en su amigo, se colgaban y tiraban de mi piel, se subían sobre mi y me introducían sus deditos en mis ojos, chillaban en mis oídos y hasta me daban besos en la nariz.
Ahora se te presentó la oportunidad de un nuevo trabajo en otra ciudad, tú y ellos os mudareis a otro lugar, donde no permiten mascotas. Tomaste la decisión correcta para tu familia, aunque hubo un tiempo en que yo era tu única familia. Me emocioné y me sentí feliz en el paseo en coche contigo, hacía mucho tiempo que no lo repetíamos, hasta que llegamos a la perrera municipal; olía a perros y gatos, a miedo y desesperanza, llenaste unos papeles que te entregaron y dijiste...”Se que le encontrarán una buena familia y casa...”, ellos sonrieron cortésmente y me miraron con pena. Conocían la realidad a la que se enfrenta una perra adulta. Tuviste que arrancar los deditos de tu hijo para que soltara mi collar al tiempo que gritaban “No...papá...no...por favor, no dejes que se lleven a mi perrita...”. Yo me preocupé por él, por las lecciones que le habías enseñado acerca de la lealtad y de la amistad, acerca del amor y de la responsabilidad, acerca del respeto a toda expresión de vida. Me tocaste apenas la cabeza y evitaste mi mirada, tenían una fecha límite que cumplir, y ahora, yo también tenía una. Cuando te alejaste, las dos amables personas con las que me dejaste, movieron tristemente sus cabezas y se preguntaron...¿Cómo ha podido hacerlo...?. Aquí en la perrera nos atienden hasta donde les es posible, desde luego que nos alimentan, pero yo perdí el hambre hace muchos días. Al principio, cuando alguien pasaba cerca de mi jaula, corría esperando que fueras tú, que habías cambiado de idea, y que todo esto no era más que una pesadilla. O bien, esperaba que tal vez, alguien se compadeciera y me salvara; cuando me di cuenta que no podía competir con la alegría con la que llamaban la atención los otros cachorrillos felices, ignorantes de su propio destino, me retraje a una esquina lejana y esperé...Escuché sus pasos cuando aquella persona vino hacia mi al final del día y recorrí el pasillo junto a ella, hacia un cuarto separado, un cuarto tranquilo y silencioso, me puso sobre la mesa y frotó mis orejas, me dijo que no me preocupara, mi corazón latió presintiendo lo que iba a ocurrir, pero al mismo tiempo tuve una sensación de alivio, a la prisionera de amor, se le habían acabado los días. Sutilmente colocó un torniquete en mi pata, al mismo tiempo que una lágrima corría por sus mejillas, asió mi mano de la misma manera que solías hacer cuando te consolaba a ti hace muchos años. Con mucho cuidado deslizó la aguja en mi vena. Cuando noté el pinchazo y el frío líquido recorriendo mi cuerpo, me recosté somnoliento, miré a sus ojos generosos y murmuré...”Cómo pudiste hacerme esto...?.
Tal vez porque entendió mi lenguaje de gestos de perro, dijo...”Lo siento mucho...”, me abrazó y nerviosamente, me contó que su trabajo era asegurarse de que yo fuera a un lugar mejor, donde ya no pudiera ser ignorada, agredida, ni abandonada, ni tendría que luchar por mi misma. Un lugar de amor y luz, tan diferente de este mundo.
Con el último aliento de energía, traté de dirigirme a ella, con un ligero movimiento de mi cola para decirle que...”Y como pudiste hacerme esto..., esta frase no iba dirigida a ella, iba dirigido a ti. Mi querido amo.

domingo, 27 de enero de 2008

La madre "más mala" del mundo.



Quisiera desde estas líneas romper una lanza en favor de las madres, esas personas tremendamente incomprendidas y abnegadas, que dan mucho esperando poco. Vaya por ellas esta reflexión.
La madre más mala del mundo.
Yo tuve la madre más mala del mundo, mientras otros niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereales, huevos y pan tostado. Cuando los demás tomaban refrescos y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer un bocadillo y un batido. Mi madre siempre insistía en saber donde estábamos, también tenía que saber quienes eran nuestros amigos y lo que estábamos haciendo, insistía en que si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente tardásemos una hora, me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper las leyes contra el trabajo de menores, hizo que laváramos platos, que aprendiéramos a cocinar, planchar y muchas cosas más igualmente crueles. Hasta creo que se quedaba despierta en la cama por las noches pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer. Siempre insistía en que dijéramos la verdad, y cuando llegamos a la adolescencia nuestra vida se volvió aún más miserable; nadie podía llamarnos con el claxon del vehículo, para que saliéramos de casa, nos avergonzaba hasta el extremo obligando a nuestros amigos a llegar hasta la puerta para preguntar por nosotros.
Mi madre fue un completo fracaso, ninguno de nosotros ha estado nunca parado, cada uno de mis hermanos ha servido en una profesión y, ¿a quien debemos culpar?, tienes razón...a nuestra madre. Observar todo lo que nos hemos perdido, nunca hemos podido participar en ninguna manifestación, en actos violentos, y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos. Ello nos hizo convertirnos en adultos, educados y honestos, trabajadores, responsables y, ¿sabéis algo?, tomando esa referencia, yo estoy tratándo de educar a mis hijos de la misma manera, le doy gracias a Dios, por haberme dado, la madre más mala del mundo.

domingo, 20 de enero de 2008

Sentimientos



La noche me sorprendió al filo de la madrugada, apoyado en la ventana, estaba cansado de todo que apenas si podía pensar, pero la tranquilidad que me ofrecía la noche hacía que me relajara hasta abandonarme en un laberinto sin salida.
Las estrellas danzaban alrededor de mi universo, ese que construí con retales de amores, vivencias, anecdotas, al fin y al cabo de todos vivo, al menos un poco; todos ellos me recuerdan lo rápido que pasan los años y lo lejos que quedan los buenos momentos.
Hoy quizás tú me preguntes muchas cosas que ni yo mismo sabría responderte, sin embargo, sé que me necesitas al igual que yo a tí. Bueno en el fondo todos necesitamos un poco, aunque sólo sea para aumentar nuestro própio egoísmo, nuestro ego que sólo aflora en noches mágicas y frias como las de hoy, y tú estarás perdido, tan perdido como yo, en ese campo de batalla, sin saber de qué bando somos, sin saber qué bandera defendemos, sin tan siquiera poder escuchar la música que puede apaciguar nuestro própio corazón, esa música que calma la ira que llevamos dentro, la ira que no nos deja vivir con nosotros mismos, la ira que tanto nos separa.
Hoy a oscuras frente a la noche, sin más luz que la de la luna, he querido descubrir cómo se vive en soledad y he sentido miedo, miedo de no poder encontrar a nadie a quien poder hablar, quien pueda ayudarme, miedo por no poderte tener a mi lado y me he sentido sólo, tan sólo como la luna que nos alumbra esta noche, tan sólo y silencioso como ella. He querido gritar, hacerme oir, decirles a todos que sigo vivo, que quiero vivir, y sin embargo, un nudo ha tapado esa voz de mis pensamientos, no he podido decir nada y he visto como el mundo pasaba por delante de mis ojos, he visto guerras y odios y no he podido hacer nada.
Hoy he visto la muerte de frente y no he podido asustarla, ella pudo más que todo el amor del mundo, quizás porque en el fondo sea lo único eterno que existe, quizás porque ella también esté sola.

sábado, 19 de enero de 2008

Cremación



Las taras a que la humanidad está propensa se encuentran en el suelo y ello se debe en gran parte a los millones de cadáveres enterrados en el transcurso de las épocas. Cuendo se divulgue acrecentadamente el proceso de la cremación, tal situación mejorará constantemente. en forma gradual, muy gradualmente, la tara desaparecerá. Por lo tanto es altamente recomendable que se haga la mayor propaganda posible para emplear el método de disponer de los descartados vehículos físicos de las almas que desencarnan. A medida que la tierra esté menos contaminada, tendremos la esperanza de ver decrecer el número de taras heredadas. Dentro de poco tiempo la tarea de sepultar a los muertos en la tierra será contraria a la ley, y la cremación obligatoria, una medida saludable y sanitaria. Desaparecerán eventualmente esos lugares psíquicos e insalubres llamados cementerios, así como la adoración a los antepasados va desapareciendo tanto en Oriente con su culto a los antepasados, como en Occidente con su igualmente culto a la posición social heredada.
Mediante la aplicación del fuego, todas las formas son disueltas; cuanto más rápidamente se destruye el vehículo físico humano. Muchas tonterías se dicen en la literatura teosófica actial acerca de la ecuación tiempo, en relación con la destrucción secuencial de los cuerpos sutíles. Sin embargo, debe decirse que en cuanto se ha establecido científicamente la verdadera muerte ( por el médico a cargo del caso ), y se ha asegurado que no queda una chispa de vida en el cuerpo físico, entonces es posible la cremación. Esta total o verdadera muerte acontece cuando el hilo de la conciencia y el hilo de la vida han sido retirados totalmente de la cabeza y del corazón. El respeto y la mesura tienen exacta cabida en este proceso. La familia del muerto necesita pocas horas para adaptarse al hecho de la desaparición inminente de la forma externa y comúnmente amada; debe también cumplirse debidamente con las formalidades exigidas por el Estado o la municipalidad. Este elemento tiempo se refiere principalmente a los que quedan, a los vivos y no a los muertos. La pretensión de que el cuerpo etérico no debe ser precipitadamente cremado y la creencia de que debe deambular durante un periodo determinado de varios días, no tienen tampoco una verdadera base. No existe una necesidad etérica para esta demora. Cuando el hombre interno se retira de su vehículo físico, lo hace simultáneamente del cuerpo etérico. Es cierto que el cuerpo etérico puede deambular por un largo periodo en el "campo de emanación", cuando el cuerpo físico es enterrado, y frecuentemente persistirá hasta la total desintegración del cuerpo denso. El proceso de momificación, tal como se practicó en Egipto, y el embalsamamiento, tal y como se practica en Occidente, han sido responsables de la perpetuación innecesaria del cuerpo etérico, a veces durante siglos ( ¿qué sentido tiene esto? ).
Donde se practica la cremación no sólo se logra la inmediata destrucción del cuerpo físico y su restitución a la fuente de sustancia, sino que el cuerpo vital también rápidamente se disuelve y sus fuerzas son arrastradas por la corriente ignea al depósito de energías vitales. Siempre constituyó parte inherente a este depósito, el poseer ya sea una forma o un estado amorfo.
Después de la muerte y de la cremación estas fuerzas aún existen, pero son absorbidas en un todo análogo.
Reflexiona sobre esta afirmación, pues proporcionará la clave del trabajo creador del espíritu humano.
Si es necesario esperar debido al sentimiento de la familia o a los requerimientos municipales, la cremación debería hacerse dentro de las treinta y seis horas; cuando no hay razón para esperar, la cremación puede hacerse doce horas después. Sin embargo, es prudente esperar doce horas a fin de asegurarse que se ha producido la verdadera muerte.
Piénsalo.....

domingo, 13 de enero de 2008

La conciencia hablada



Esta es la historia de un soldado que regresó a casa, después de haber combatido en Bosnia, llamó a sus padres desde el aeropuerto..."Mamá,Papá...soy yo...", por fín he vuelto, pero quiero pediros un favor, me gustaría llevar a un amigo a casa; " Bien...", le respondieron, "nos encantaría conocerlo...". Pero hay algo que deberíais conocer, él ha sido brutalmente herido en combate, tropezó con una mina antipersonas y perdió un brazo y una pierna, no tiene a donde ir, quiero que venga a vivir con nosotros. " Nos duele oir eso, hijo...posiblemente podamos ayudarle a encontrar donde pueda vivir...".
"No, papá...no me has entendido, quiero que viva con nosotros..."
"Hijo, no sabes lo que estás pidiendo, alguien con un problema así, podría ser un gran estorbo para nosotros, tenemos que vivir nuestras vidas, no podemos permitir que algo como eso interfiera con ellas ahora que has vuelto, yo creo que deberías volver a casa y olvidar a ese joven, ya encontrará una forma de seguir adelante...".
El hijo colgó el teléfono. Los padres no volvieron a saber nada de él. Sin embargo, algunos días después, recibieron una llamada de la Policía, su hijo había muerto, al caer de un edificio. La policía concluyó que se trataba de un suicidio. Los sorprendidos padres acudieron y conducidos a la morgue para que pudieran identificarlo, efectivamente, era su hijo.... Pero para su horror descubrieron algo que no sabían, su querido hijo, sólo tenía un brazo y una pierna.

jueves, 10 de enero de 2008

Buscándome



Meditando en estas cosas de la vida, he querido descifrar mis sentimientos y descubrir que es lo que busco, que es lo que quiero y, sobre todo, que es lo que me sirve, porque creo que todos mis semejantes también buscan en lo enigmatico de la vida algo que les de respuesta a eso que ni los pensamientos, ni los sentimientos les han dado.
He subido a las montañas y he andado por las llanuras, he leído en las historias las hazañas de los líderes, he conocido la amargura de los más desaventurados y, al fin, me he convencido de que nadie me daría la respuesta que mi conciencia necesita.
Fué así que decidí sentarme al pie de un arroyo cristalino y puro a verlo deslizarse, produciendo su natural arrullo.
Dentro de esas aguas se movían cientos de pececillos que, sin razonar en nada, allí se alimentaban y yo me dije: ¿Porqué seré yo así como soy, tan razonativo, tan pesimista y sobre todo con tan poca fe?.
Decidí lanzarme a las aguas y nadar con los peces.
Bebí y bebí tanto de ellas hasta que sacié mi sed; luego salí de allí y emprendí mi viaje a la montaña por un camino rocoso y dificil, intentándo llegar hasta la cumbre y desde allí divisar las llanuras y también elevarme hacia el espacio como las aves voladoras y contarle a todo el que encontraba que si bebían de las aguas puras de ese río, calmarían su sed para siempre y podrían emprender el viaje a la conquista de las alturas; compartir el vuelo de las aves; extasiarse con el perfume de los campos y presenciar el amanecer de un nuevo día.
En ese viaje largo y sin regreso, hablar frente a frente con la tierra, con las aguas, con el aire y con el fuego y decirles que de ellos soy parte.
Mi reflexión es que:
"El hombre sabio debe ser libre para poder guiarse por su voz interna de la conciencia, para poder llegar a encontrar el origen de lo que ha sido, de lo que es y, de lo que aspira ser..."

domingo, 6 de enero de 2008

Cuando yo ya no pueda...


El día que esté viejo y ya no sea el mismo...ten paciencia y comprendeme.
Cuando derrame la comida sobre mi camisa, y olvide como atarme los zapatos...recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.
Si cuando hablas conmigo, repito y repito la misma historia que tú conoces de sobra...no me interrumpas y escúchame.
Cuando eras pequeño para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento, hasta que cerraras tus ojitos.
Cuando me haga mis necesidades encima, no me averguences, no tengo la culpa de ello, no puedo controlarlo, piensa en cuantas veces te ayudé de niño pacientemente.
No me reproches porque no quiera bañarme y me regañes por ello, recuerda cuando te perseguía y los mil pretextos que te tenía que decir y hacer para hacerte más agradable tu aseo, aceptame y perdoname, ya que aquél niño... ahora soy yo.
Cuando me veas inútil e ignarante frente a todas las cosas que tú sabes y que yo no podré entender, te suplico que me dés todo el tiempo que sea necesario y no menospreciarme con una sonrisa burlona o tu indiferencia, siempre participé en la educación que hoy tienes, para enfrentar la vida tan bien como lo haces.
Si me fallan las piernas por estar cansadas, dame una mano tierna para apoyarme, como lo hice yo cuando empezaste a caminar, con tus débiles piernitas.
No te sientas triste o impotente por verme como me ves, dame tu corazón, compréndeme, de la misma manera como te he acompañado en tu sendero, acompáñame a terminar el mío, dame amor y paciencia, que yo te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por tí.
Piensa, que con el paso que me adelanto a dar, estaré construyéndo para tí otra ruta de amor, en otro tiempo.

martes, 1 de enero de 2008

Pensamientos


Imposible atravesar la vida...Sin que un trabajo salga mal hecho,
Sin que una amistad cause decepción,
Sin padecer algún quebranto de salud,
Sin que un amor nos abandone,
Sin que nadie de la familia fallezca,
Sin equivocarse en un negocio.
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fé.
Uno crece cuando acepta la realidad y tiene el aplomo para vivirla. Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando lo que deja por detrás, construyéndo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.
Crece cuando se supera, se valora y sabe dar frutos.
Crece cuando se abre camino dejando huellas, asimilando experiencias, ¡Y sembrando raices!.
Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios negativos ni perjuicios, cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes, cuando cumple con su labor.
Uno crece cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento... ¡Y humano por nacimiento!.
Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas.
Recoje flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo.
Uno crece cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse, con residuos de flores...¡Y de encenderse con residuos de amor...!.
Uno crece ayudando a sus semejantes, conociendose a sí mismo y dándole a la vida, más de lo que se recibe.
Uno crece cuando se planta para no retroceder...
Cuando se defiende como águila para no dejar de volar...
Cuando se clava como ancla y se ilumina como estrella.
Entonces...
Uno crece.