domingo, 30 de agosto de 2009

Cuestión de gustos y modas













Que las películas porno han marcado más de lo que parece la vida de la gente normal da buena cuenta la moda que se estableció, ya hace algunos años, en relación al rasurado de nuestras nobles zonas. Unas décadas atrás, a nadie se le hubiera ocurrido pasar ni una simple tijera por semejantes sitios (si acaso algún depilado a la brasileña por aquello del agosto en Benidorm) pero bastó ver aquellas películas, tan llenas de tacones de aguja y collares de perlas como ausentes de pelos, para que se pusiera de moda el criterio capilar que lucían estos grandes genios de la interpretación (a la par que virtuosos del dialogo).
Ahora parece que las cosas van cambiando. Dicen que el pelo por ahí vuelve en su justa medida. Normal. La ley del péndulo siempre hace de las suyas. Lo que antes era extraño, y por lo tanto atractivo, pasó a ser habitual y ha dejado de ser original. Ya no triunfan los rasurados, ahora triunfan los pelos cortos que estén bien cuidados. Lo apuntan algunos especialistas en el tema a través de varios artículos publicados en las más prestigiosas revistas del sector.

Y llegados a este punto es cuando me pregunto cómo es posible que gente adulta, a la que se le supone madura y responsable, sea capaz de perder el tiempo con semejantes gilipolleces. Yo el primero.
Frase: "Mas ata pelo de coño que maroma de barco". (Refrán español)

lunes, 17 de agosto de 2009

Ordenanza de Mancebías


¿Sabrán las emperifolladas señoras que asisten habitualmente a bodas bautizos y/o comuniones varias, que la "Ordenanza de Mancebías" de 1621 exige el uso de mantilla negra como "uniforme de trabajo" para todas las señoritas putas en el ejercicio de su profesión, a fin de distinguirlas convenientemente del resto de señoras y/o señoritas "honradas"?

¿Por qué al poco tiempo de dictarse la susodicha ley sobre la susodicha prenda se puso tan rápidamente de moda entre todas las mujeres españolas, independientemente de la profesión que ejercieran?

jueves, 13 de agosto de 2009

La infidelidad


Ser cornudo es fácil… ¡lo duro es que se enteren los demás!
Cada mañana al mirarme al espejo me repito dos cosas: “La verdadera belleza va por dentro”; y “Nadie nace vacunado contra las adulteras”. Por duro que parezca uno debe aceptarse físicamente como es y tratar de seguir siendo la mejor persona posible; debe hacerse responsable y acatar las decisiones “democrático-partidarias” que ha tomado, y por último tiene que ser realista acerca del mundo en el que vivimos.
En lo que va de mi corta o extensa vida, según se mire, tuve al menos tres novias-novias oficiales, con comidas familiares, consejos sobre como vestirme y todo. Y cualquiera con dos dedos de frente, y habiendo estado en diferentes “campos de batalla”, más la simple observación de la realidad, puede concluir fácilmente que hasta por estadística y sentido común, uno tuvo que ser o es, cornudo.
En carne propia o por fuentes confiables, y hasta las no confiables, conozco infinidad de casos de mujeres que mientras le juraban amor eterno a su esposo, o a su novio, o cuando cantaban a los cuatro vientos estar enamoradas, y hasta mujeres con varios meses de embarazo, han estado al mismo tiempo y en secreto -¡claro está!- llevando una doble vida junto a un amante, en alguno casos a los que también suelen cantarle “amor”. Así que ¿por qué tendría que ser uno el que de tres mujeres en la vida, las tres eran fieles?… De ahí a que muy a pesar de mi terapeuta que dice que sin pruebas y basándome en mi teoría esto no tiene sentido, igual decido aceptarme como cornudo. Si se quiere mi “suerte” puede haber sido el de no haberme enterado…
Convengamos que lo malo no es ser cornudo, lo que te arruina la vida, lo que te hace sentir mal, lo que te humilla y te hace ir a terapia, tomar pastillas, querer comprarte una mágnum 357 o enfiestarte con cuanta trola hay, es el hecho de enterarte y lo que es peor… ¡¡que se entere todo el mundo!!
Lo más ingrato y aquí va un aliciente para quienes consideran este mundo machista, es que “cornudo” así sin dignidad y como ser humillado, generalmente le cae siempre al hombre. La mujer es una cosa más dramática, no tanto para tomarlo a la ligera, y siempre es más culpa del hijo de puta que tuvo al lado… es más una historia de traición y dolor, que algo para señalar con el dedo y reírsele a la cara. Salvo, para la tercera en discordia o alguna hembra que se dice amiga y la goza por alguna envidia no resuelta.
En ciertas reuniones intelectuales que suelo hacer con amigos, y tras acabarse la existencia de alcohol, saturarnos de play station, de sacarle el cuero a la novia que parte de algún tipo que nos parece no da la talla, y cuando ya el reloj marca la madrugada, solemos reflexionar sobre temas importantes para la humanidad y así fue que cierta vez sacamos en limpio muchas cosas que me atrevería a decir son “aportes fundamentales al tema en cuestión”…
Concluimos por ejemplo que propensas a engañar son:
A) Las niñas que andan con tanga pequeño (lo que no esta para nada mal, entiéndase bien) pero que andan así como al boleo mostrándola por encima del vaquero ante cualquier audiencia y en cualquier escenario, ya sea por los costados o por detrás.
B) Las niñas que hablan de cerca… ¡y tal! si no quieren nada, para qué te hablan así, ¿no?
C) Las enfermeras por estar conviviendo y expuestas día a día a peligros extremos como lo es la pérdida de una vida humana… (Honestamente ninguno de nosotros recuerda, tras pasar la resaca, por qué asociamos esto a la infidelidad femenina, pero así fue y dimos por válido el estudio al no encontrar tampoco objeción alguna de nuestra parte)
No contentos con esto, también concluimos que propensos a ser cornudos son los tipos que tienen profesiones que los hacen aburridos en sí mismos… como los ingenieros o los contables. Muchos hablarán de lo gratuito de nuestro juicio, pero nosotros responderemos… ¿lo decís por algo personal? y ahí zanjaremos la cuestión. También los tipos que miran mucha tele y su vida pasa generalmente por la programación de los canales descuidando así a su media naranja; los dueños de rottweilers por esa cosa de necesitar afirmar la virilidad en un perro rudo; y también -y esto como rasgo étnico nos pareció un bombazo: los tipos de ojos claros y rubios, conclusión tal vez precipitada y contaminada por el hecho de ser nosotros de ojos oscuros, cutis ocre… y sanamente envidiosos.
Cerramos el estudio preguntándonos ¿y con quién te engañan por lo general?… ¿Hay un patrón al respecto?… En lo que se apura terminar una botella de rosado bien fresquita, llegamos a los siguientes guarismos (no sabíamos si correspondía la palabra pero le daba un aire de ciencia a la conclusión):
a) con el compañero de oficina eso medio pelele (para el cornudo) que siempre la entiende, la lleva y la trae en el coche, que le gusta Jorge Drexler como a ella, que la re-re-re-re-entiende no como tú pedazo de zoquete que solo te interesa la play station.
b) tu mejor amigo… ¡pero es culpa de ella siempre! (se produjo tensión y cruces de miradas en silencio cuando alguien espetó esta reflexión)
c) el profe de gimnasia… ¡que se suponía por los cuentos de tu mujer que era gay!
Al pasar nos planteamos otros dilemas que no entraremos en detalle, pero del tipo “¿Qué es peor: que te deje por un tío o por una mujer?”; también concluimos que lo mejor es ser Cornudo inconsciente, ante que Cornudo Consciente que es el que se sabe cornudo y no sabe como actuar ante las opciones de su aceptación como hombre con osamenta, de cometer un doble asesinato con tortura previa, o divorciarse que sería la más sana y lógica. Al definir estos dos tipos de cornudos dimos con un tercer tipo que es el Extremadamente Cornudo o Cornudo XXL; que es aquél que ya llora de cornudo y trata de remar lo que le queda de dignidad achacándose él las culpas de que la guarra ande con un tipo mejor que uno. ¡En fin!
Pero lo peor, y esto proviene del campo de la psicología y ahí ¡¡cornudos temblad!!… es que si bien hay gente infiel por naturaleza… ¡¡hay cornudos propensos a ser más cornudos!! Es decir que mientras a mucho consciente o inconscientemente engañan y son infieles (ellos o ellas), hay seres que son propensos y se manejan en la vida de manera tal que los engañen siempre… ¡Estamos hechos para ello...!
Otro día hablaré de donde procede la palabra cornudo, su origen, significado y demás...


Además os pongo un video bajado de You tube que lo demuestra todo lo anterior relatado, espero que os guste.

lunes, 10 de agosto de 2009

Los médicos

Cierto emperador chino deseaba tener a su cargo un médico mejor que el que le había venido atendiendo hasta entonces. A tal efecto, ordenó que todos los galenos del imperio, bajo juramento, pusieran en sus ventanas tantas velas encendidas como pacientes se les hubieran muerto aquel año.
Tras recibir noticia del cumplimiento de la orden, el emperador aprovechó el desfile del día sagrado para acercarse al barrio de los médicos. Pronto comprobó que miles de velas iluminaban las calles, y que eran muchas las casas en las que éstas ardían no sólo en las ventanas sino que, dado el número de pacientes perdidos, las habían tenido que poner hasta en las puertas y los tejados.
A punto de darse por vencido descubrió, con alegría, que en una casa modesta sólo cuatro velas adornaban una de las ventanas. Pensando que acababa de encontrar al mejor médico del Imperio le hizo salir de la casa y le dijo:
- “Tú has ganado; serás mi médico de cabecera. Pareces ser un buen facultativo, pero antes dime: ¿cómo has conseguido perder tan sólo a cuatro pacientes?"
El honrado médico, volviéndose a inclinar, y temblando murmuró: “Gran señor... yo empecé a ejercer la profesión esta mañana”.
A ver cuando se dan cuenta que, como decía Moliere, los médicos no están para curar, sino para recetar y cobrar; curarse o no va a cuenta del enfermo.
Frase: "Sólo las mujeres y los médicos saben cuán necesaria y bienhechora es a los hombres la mentira" (Anatole François Thibault, 1844-1924; novelista francés).