lunes, 29 de octubre de 2012

Agua que no has de beber... déjala correr.


 
La gente decente se trae unos apaños en materia de erotismo que quitan el hipo. Como se sabe, toda comunidad bien organizada ronda la calle, arrastra el ala y pela la pava. Porque eso de dar calabazas y oler a puchero de enfermo, ya no se lleva. No, lo que priva en estos tiempos de participación es la lujuria amartelada y engolondrinarse durante una sola noche con el tenorio de turno o con la pichona casual. Luego salen ampollas en la conciencia y vejiguillas en las bridas del remordimiento, pero eso se lo salta uno a la torera, pues de algo valió entrenarse con el salto del tigre.

Que sí, que la ocasión la pintan calva, y mejor es comer del mismo plato que quitar los hocicos. No vaya a ser que un día nos levantemos viejos y se acabe obligatoriamente la placentera barraganería.

Y la gente decente (aquí no hay clases ni favores, pues ser decente vale por toda persona que obra de forma decente -aunque nadie sepa muy bien qué es eso-) harta ya de comprobar el contubernio general, se apunta al juego de las prendas y se pone tibia durmiendo en corazón ajeno y a la birlonga, es decir descuidadamente, puesto que ya que se vive una sola vez, hay que gastar el cuerpo a lo loco. Y eso está bien. Pero que muy bien.

Dicho sin tantas engoladas majaderías: polvo que no echas, polvo perdido... y a vivir que son dos días. ¡Coño ya!

jueves, 25 de octubre de 2012

Ley de la acústica vecinal.




Ley de la acústica vecinal: el sonido de la televisión y las discusiones de los vecinos se propagan en razón directa a los beneficios obtenidos por las empresas constructoras de los pisos.

Es conocida también como ecuación indirecta de los tabiques mínimos, siendo a la voz de la vecina, b los beneficios de los constructores, c los centímetros del grueso del tabique (más práctico pasarlos a milímetros) y d el receptor, todo ello multiplicado por pi o decibelios emitidos.

Dicha ley de la acústica vecinal o ecuación de los tabiques mínimos deriva de una de las leyes más antiguas de la humanidad, la del embudo, ley constante conocida desde que Tales de Mileto reprochara al sátrapa Florencio "¿Y los demás qué?" y éste contestará al sabio de Mileto mandándolo directamente a la mierda.
Frase:  "Si no eres parte de la solución..., eres parte del problema."

viernes, 19 de octubre de 2012

Viagra




Leo, releo, y llego a la conclusión de que por muy moderno neoyorkino que uno sea, no veo muy claro eso de llegar a casa de…, pedir un vaso de agua, sacarse unos gusanitos secos y, mientras mentalmente planeas cómo vas a realizar el arreo, engullirlos como el que come pipas.

Vale, la pastillita azul tampoco es muy romántica, pero lo mires por donde la mires es mucho más discreta, sobre todo a la hora de no dejar restos... teniendo en cuenta que el intercambio de los primeros fluidos puede resultar esencial.
 
 

Claro que para gustos, colores.

Frase: “ Cada mujer, es un mundo…¡HAZ TURISMO!.”

sábado, 13 de octubre de 2012

El parchis




Veamos. Si la vida es un juego del parchís, la sociedad el tablero, y nosotros las fichas, cabe suponer que de antropófagos todos tenemos un poco, ya que el parchís es un juego lleno de peligros, donde los unos se comen a los otros y los otros se devoran a los unos. Pero esto no debería apenarnos. En el fondo es humano y, por tanto, terriblemente beneficioso para la evolución de la especie.

Sólo un consejo, no hay que comerse a los enemigos sin conocer su estado de salud. Nada más peligroso que engullir al prójimo a tontas y a locas. Se han dado casos de infecciones que podían haber sido evitadas de haber sido menos impacientes. Antes de comerse a nadie hay que comprobar que está sano. Es fácil: basta con mirar si el fondo de ojo tiene su color natural y la pupila el diámetro correcto (cualquier sustancia ajena que dilate una pupila puede sentar mal). Comprobado esto, al lio. ¡Hay tanto imbécil que lo está pidiendo a gritos!.

 Frase:   "Si crees tener sangre azul sólo puedes ser dos cosas: o que eres un cangrejo o que te has ahorcado”. (Felipe B. 43 años, parado)

domingo, 7 de octubre de 2012

Correo del lector

Hoy, en Un grauero en Bosnia en el correo de lector. Contestaciones meditadas a una importante serie de profundas (e inquietantes) preguntas que han llegado en los últimos minutos al correo electrónico y que, por su inusitado interés general, merecen ser contestadas de una forma pública.
P - ¿Qué es aconsejable para que un matrimonio dure toda la vida?
R - Casarse a los 85 años.
P -¿Es el hombre un ser superior?
R - Si, la prueba es que cuando un hombre mata a un tigre se dice que es un gran cazador, pero si un tigre mata a un hombre se dice que es una fiera salvaje.
P - ¿Es posible viajar a más velocidad que la luz?
R - No... Y si fuera posible no tendría ninguna gracia: al llegar todo estaría a oscuras.
P - ¿Cuál es el secreto para ser un viejo sano?
R - Ser un joven aburrido.
P - El nudismo, ¿no demuestra que la mayoría de la gente es fea?
R - Sí, pero de acuerdo con esta idea, la mayoría de la gente deberíamos ir por la calle con la cara tapada.
P - ¿Qué es ser libre?
R - Ser libre es poder hacer lo que uno quiera, siempre que no moleste a los demás. El problema es que a los demás casi siempre les molesta que alguien pueda hacer los que quiere.
P - ¿Sirve para algo el eco?
R- Sí, es la única posibilidad que tiene la mayoría de la gente de que alguien repita una opinión suya. P - ¿Hay algún sistema para poder pelar cebollas sin que se nos salten las lágrimas?
R - Sí, hay uno muy fácil: pedir a otra persona que nos las pele.
P- ¿Es cierto que hay épocas de vacas gordas y épocas de vacas flacas?
R - Sí.. pero los dueños de las vacas son siempre los mismos.
P - ¿Tiene solución la calvicie prematura?
R - Sí, la calvicie prematura deja de serlo con el tiempo.
P - ¿Son las matemáticas una ciencia exacta?
R - No, la prueba es que dos más dos son cuatro, pero tres más uno también.

De nada.

Frase: "Sortea un obstáculo y no vende ni un número". (Resumen de agencias)

lunes, 1 de octubre de 2012

Curiosidades de los Siglos XV y XVI.

Al visitar el Palacio de Versalles, en Paris, se observa que el suntuoso palacio, no tiene baños (wáteres, retretes, urinarios, excusados; en fin llámalos X). En la Edad Media, no existían cepillos de dientes, perfumes, desodorantes y ni mucho menos papel higiénico. Las heces y orines humanos, eran tirados por las ventanas del palacio a la calle. En un día de fiesta, la cocina del palacio era capaz de preparar un banquete para 1.500 personas o más, sin la más mínima higiene. Vemos en las películas a la gente siendo abanicada. La explicación no está en el calor, sino en el mal olor que exhalaban las personas por debajo de los vestidos (eran hechos a propósito para contener los olores de las partes íntimas, porque no se lavaban). Tampoco había costumbre de bañarse, por la falta de calor en las habitaciones y de agua corriente. Así el olor, era disipado por el abanico. Pero sólo los nobles tenían lacayos que hacían esta labor. Además de disipar el aire también espantaban insectos que se acumulaban a su alrededor. Quien haya estado en Versalles, se habrá maravillado viendo sus jardines, enormes y hermosos, que en la época, eran más usados que contemplados, ya que se usaban como retretes en las fiestas promovidas por la realeza, que no disponían de baños y se reunían una gran cantidad de personas en plan botellón. En dicha Edad Media, la mayoría de las bodas se celebraban en el mes de junio, al comienzo del verano. La razón era bien sencilla, el primer baño del año (valga la redundancia), era tomado en mayo, así, en junio, el olor de las personas, aún era tolerable. Así mismo, como algunos olores ya empezaban a ser molestos, las novias llevaban ramos de flores, al lado de su cuerpo en los carruajes, para disfrazar el mal olor. Así nace mayo como el mes de las novias y a la tradición de éstas de portar el ramo. Los baños eran tomados en una bañera enorme llena de agua caliente. El padre de la familia era el primero en tomarlo, luego los otros hombres de la casa, por orden de edad; y después las mujeres, también por orden de edad. Al final los niños y los bebés los últimos. Cuando se llegaba a ellos, ya se podía perder un bebé dentro del agua, de lo sucia que podía estar. Los tejados de las casas, no tenían bajo tejado, y en las vigas de madera, se criaban animales, gatos, perros, ratas y otros bichos. Cuando llovía las goteras, forzaban a los animales a bajar. De esto nació la expresión típica anglosajona “llueven perros y gatos”.
Los más ricos tenían platos de estaño. Ciertos alimentos oxidaban el material, y hacía que mucha gente muriese envenenada que, unida a la falta de higiene de la época, se hacía muy frecuente. Los tomates que eran ácidos y provocaban este efecto, fueron considerados tóxicos durante mucho tiempo. En los vasos ocurría lo mismo donde, al contacto con el Whisky o cerveza, hacía que la gente entrara en un estado de narcolepsia producido tanto por la bebida, como por el estaño. Alguien que pasase por la calle y viese a alguna persona en este estado, podía pensar que estaba muerto y debía prepararse el entierro. El cuerpo era colocado sobre la mesa de la cocina durante algunos días y los pasaba con la familia, mientras ellos comían y bebían esperando que volviese en sí, o nó. De esta acción surgió el velatorio, que hoy se hace junto al cadáver. Los lugares para enterrar a los muertos eran pequeños, y no había siempre suficiente espacio para todos. Los ataúdes eran abiertos y retirados los huesos del antecesor, para introducir al nuevo cadáver. Estos huesos eran retirados a un osario. A veces al abrir los ataúdes, se percibía que el enterrado había arañado la tapa interior de la caja, signo éste evidente, de haber sido enterrado vivo. En esta época, surgió la idea de, al cerrar el ataúd, agarrar a la muñeca del difunto un hilo, pasarlo por un agujero del ataúd, y atarlo a una campanilla que se depositaba en el suelo tras tapar de arena el mismo. Si el individuo retornaba o estaba vivo, sólo tenía que tirar del hilo y sonaría la campanilla, así de este modo poder desenterrarlo, para esta acción y a tal fin, disponían que una persona estuviese al lado del ataúd durante unos días. De estos acontecimientos, surge la expresión, que se utiliza aún hoy, además en el boxeo (noble deporte donde los haya), de “Salvados por la campana”.

Curioso, verdad…???

Frase: " Si como caminas, cocinas... yo me como hasta la olla..."