miércoles, 31 de julio de 2013

Mujeres y Hombres, diferencias sustanciales....

Mujeres: personas especializadas en complicarse la vida.
 
Hombres: recursos para todo.
Una fiesta cualquiera. Dos tíos clavan su mirada el uno en el otro. Se acaban de dar cuenta de que llevan el mismo traje, los mismos zapatos y hasta el mismo color de la corbata. Reaccionan a gritos: “Peeeeeero tío.... si vamos igual.. sí señor, así se hace, que se note la elegancia, pero si somos los más guapos de la fiesta joder!!! Venga, vamos que te invito a una copa”. Gracias a la coincidencia pasarán de desconocidos a colegas en menos de cinco minutos.


Una fiesta cualquiera. Dos tías se cruzan una mirada desafiante. Una va vestida de azul eléctrico, la otra de verde pistacho (en tonos melón), pero la mirada de cada una de ellas se ha clavado en los zapatos de la otra: la misma hebilla dorada, el mismo tacón de 8 centímetros, el mismo tono rosa chicle.. las dos llevan los mismos zapatos y las dos le comentan lo mismo a la amiga que les acompaña "!Pero tú has visto tía.... si me ha copiado los zapatos! !Será zorra la tía! Ya está, esta tía me ha amargado la noche."

 
Frase:  "Cuando una mujer hermosa ríe, la bolsa de alguien llora". (Refrán italiano)



jueves, 25 de julio de 2013

LA GUERRA MAS CORTA DE LA HISTORIA: 40 MINUTOS...

 
Menos de tres cuartos de hora. Menos de lo que dura uno de los periodos de un partido de futbol. Ese es el tiempo que duró la guerra más corta de la historia. Sucedió en Zanzíbar, actualmente una región semi-autónoma de Tanzania, que comprende un par de islas alejadas a la costa este de África.
La guerra fue un conflicto militar entre Reino Unido y Zanzíbar, sucedió el 27 de agosto de 1896. La causa de la guerra fue el fallecimiento del sultán Hamad bin Thuwaini, gobernador de la isla. Su primo Khalid bin Bargash tomó el mando de la ínsula con un golpe de estado, por lo que el gobierno británico le instó a abdicar. Hamad bin Thuwaini estaba dispuesto a cooperar con la administración colonial británica, por lo que su muerte trastocó los planes ingleses, que tenían ya escogido otro candidato, Hamud ibn Muhammad, para situar al frente del gobierno de la isla. En definitiva, Khalid bin Bargash (el del golpe de estado), se negó a ceder su poder y Reino Unido consideró la situación como un casus belli, tras lo que se le envió un ultimátum al nuevo gobernador. Como respuesta, Bargash organizó una barricada en el interior de su palacio.
Los británicos al considerar esto como un casus belli, le enviaron el ultimátum a Khalid, en el que se exigía el que ordenase a sus tropas abandonar el palacio. En respuesta, Bargash movilizó a su guardia de palacio montando una barricada en su interior. Fueron unos 2.800 zanzibaríes (la mayor parte de ellos, civiles reclutados) los que intentaron defender el palacio.
Tras un bombardeo británico, que se inició a las 09:02 horas, un ataque navío para acabar con la artillería de los zanzibaríes y poco más esfuerzo, la bandera del palacio fue abatida a las 09:40 horas.


lunes, 15 de julio de 2013

STANISLAV PETROV, el hombre que salvó a la Humanidad....

La historia de la humanidad está repleta de personajes anónimos (o casi), que, sin embargo, han sido fundamentales en nuestro devenir. El caso de Stanislav Petrov (1939) es uno de ellos; un teniente coronel del ejército soviético que evitó el holocausto de la humanidad, pero que hoy pasa sus días de senectud como un pensionista más en Friázino (Rusia).
Y pese su acertada decisión, no solo no se reconoció en su momento la valía y el tino de su proeza, sino que se le degradó de rango y se le jubiló con antelación. ¿Por qué?. Por salvar a la humanidad. Así de simple. ¿Les parece exagerado?. Les remitimos a los hechos y juzguen ustedes. Para empezar, les adelantamos que los analistas sostienen que el mundo nunca ha estado tan cerca de iniciar una guerra nuclear. Como aperitivo no está mal, ¿verdad?.
He aquí la historia del “Equinoccio de Otoño”. Nos situamos en el último trimestre de 1983, en un contexto en el que la Guerra Fría estaba bien calentita. Las tensiones entre el bloque occidental y el comunista estaban a flor de piel. Cazas soviéticos derribaron un avión surcoreano de pasajeros, en el que murieron 269 personas; y varios de ellos, ciudadanos estadounidenses. Además, la OTAN había ordenado una serie de maniobras militares con simulación de lanzamientos de misiles nucleares.
Los mandos soviéticos interpretaron este ejercicio como un paso previo a un ataque sobre suelo ruso, así que pusieron a todas sus tropas en alerta.
En este ambiente prebélico, Pterov, como oficial de guardia en el centro de mando de la inteligencia soviética, se enfrentó a la siguiente situación la madrugada del 26 de septiembre de 1983; a las 00:14 (hora de Moscú), un satélite dá la alarma de que se ha lanzado un misil balístico intercontinental desde la Base de Malmstrom (Montana, EEUU). En solo 20 minutos alcanzará la URSS. Estimado lector, en un pequeño esfuerzo de empatía, ¿es usted capaz de sentir la tensión?. En ese escaso y crucial lapso Stanislav Petrov debía tomar una decisión irremediable: alertar a sus superiores sobre la amenaza o esperar para confirmar. El protocolo oficial exigía decantarse por la primera opción, sin embargo, su sentido común, su intuición, corazonada, o lo que quiera que fuese, le conminaron a actuar con suma prudencia, pues si daba la voz de alarma, se iniciaría el proceso para contraatacar a EEUU con armamento nuclear. Consideró que los norteamericanos no iban a iniciar una guerra nuclear con solo un “mísero” misil.
La situación no mejoró en los minutos siguientes para el sistema nervioso de Petrov. Los ordenadores ahora indicaban que otros cuatro misiles se dirigían hacia Rusia. Ante esta nueva eventualidad, un contexto tenso y una situación extrema, Petrov aún mantuvo la cordura. El oficial conocía las peculiares eventualidades del sistema satélite OKO, y sabía que no era infalible. Con lo que, ostentando unos nervios de acero, mantuvo su sospecha de una falsa alarma. Solo cinco misiles nucleares no eran una cantidad representativa para un país que cuenta con miles de ellos.
Afortunadamente, decidió esperar y finalmente, el resultado le otorgó la razón y la humanidad, sin saberlo, toda la gratitud de nuestro planeta. La falsa alarma, se debió a una extraña conjunción astronómica entre la Tierra, el Sol y la posición específica del satélite OKO.
“¿Por qué no dio la señal de alerta, señor Petrov?”, le preguntaron después del incidente. Su contestación fue, “La gente no empieza una guerra nuclear sólo con cinco misiles”. Sus superiores, no obstante,  consideraron que lo suyo fue desobediencia y fue degradado de rango. Ya en el siglo XXI, sí se le ha reconocido el mérito de su actuación con algunos premios y en 2006, fue homenajeado en la sede de las Naciones Unidas.