sábado, 27 de abril de 2013

D. DIEGO DE ALMAGRO


 
Las raíces de Diego de Almagro (1475 -1538) son difusas, por ello adoptó por apellido el nombre de su ciudad natal, en la provincia de Ciudad Real. La historia cuenta que  fue hijo ilegítimo de Juan de Montenegro y de Elvira Gutiérrez, prometidos para un matrimonio que finalmente no se consumó. Roto el compromiso, los familiares de Elvira la ocultaron hasta el alumbramiento para salvar el honor de la madre. A pesar de estos orígenes bastardeados, se convirtió en un hombre valeroso y de éxito: fue conquistador, descubridor de Chile y el primer europeo el alcanzar el territorio de la actual Bolivia. Antes de semejantes triunfos, su infancia fue tal tormento que a los 15 años decidió huir. Su tío Hernán Gutiérrez, se encargó de criarlo desde los cuatro años, pero con tal rudeza que el chiquillo decidió fugarse. Acudió a su madre solo para mantenerla al tanto de lo ocurrido, informarle de que iba a recorrer el mundo y para rogarle un mendrugo de pan que le ayudara a subsistir en su miseria.
Sus huellas las seguimos en Sevilla, donde trabajó como criado de uno de los alcaldes de la ciudad: Luis de Polanco. En esta etapa, Almagro también tuvo que acabar huyendo, pues resolvió sus diferencias con un compañero a golpe de cuchillo. Este quedó gravemente herido y Almagro debía enfrentarse a un juicio. Como intuía el veredicto, decidió escaparse de Sevilla y el prófugo vagó por Andalucía hasta que partió hacia América.
Llegó al Nuevo Mundo en el verano de 1514, a las órdenes de Pedrarias Dávila, en la expedición en la que Fernando el Católico también contó con los servicios de otros ilustres conquistadores, como Francisco Pizarro. Al cabo de un tiempo comenzaron sus misiones conquistadoras y trabajó durante una temporada con Vasco Núñez de Balboa. Participó en expediciones de Espinosa, en la conquista del golfo de Panamá, etc. Estableció su vida en Santa María la Antigua del Darién, ciudad recién fundada (una de las primeras) por los españoles en el Caribe. Allí tuvo un hijo, Diego de Almagro el Mozo, con una india de la región.
Tras unos años de descanso, Almagro formó con Pizarro (y más tarde Hernando Luque) unas de las asociaciones más exitosas. Se lanzaron a la conquista de Perú, el centro del Imperio Inca, donde extrajeron suculentas riquezas. Continuaron durante años las numerosas expediciones y conquistas territoriales con excelentes resultados para la corona española.
De una de esas batallas, surge el origen de la expresión más popular cuando algo nos parece demasiado caro. He aquí la anécdota: Francisco Pizarro se encontraba en serio peligro, derrotado por el cacique de la tribu. Almagro partió en una expedición en auxilio de su compatriota. Y aunque finalmente consiguieron la victoria, un nativo americano alcanzó con una flecha el ojo del conquistador manchego. Cuando regresó a España a dar parte de lo acaecido en el Nuevo Mundo, le resumió a Carlos I su experiencia en los siguientes términos: “El negocio de defender los intereses de la Corona, me ha costado un ojo de la cara”. Tanto se recreó en este hecho, que la frase se difundió entre los soldados, y aún hoy permanece viva. Como recompensa por tales sacrificios, por las exploraciones, valentía y éxitos de Almagro en territorio Inca, el emperador Carlos I le entregó la gobernación de Nueva Toledo, al sur de Perú, y el título de Adelantado en Chile.
En su regreso a Perú, su relación con Francisco Pizarro se torció. Surgió un sangriento enfrentamiento entre Almagro y Pizarro, pues aunque Carlos I dio la gobernación de Cuzco al primero, Pizarro no quedó conforme e ideó una venganza. Junto con sus hermanos, consiguió la victoria en la batalla de las Salinas (1538) entre almagristas y pizarristas. Almagro fue hecho prisionero y ejecutado por estrangulamiento y decapitado.


viernes, 19 de abril de 2013

El progreso....

Esto es la vida misma...., comprobadlo....
 

miércoles, 17 de abril de 2013

ADOLFO FEDERICO DE SUECIA, "El Rey que comió hasta morir"

 
Adolfo Federico de Suecia (1710 – 1771) no fue uno de los mejores reyes de la historia. De hecho, se le considera uno de los más conflictivos de su país. Su carácter le hacía vulnerable a la presión de los partidos políticos, ante los que constantemente demostraba su debilidad y su escasa inteligencia para dirimir asuntos de Estado. Vástago de Cristián Augusto de Holstein-Gottorp y de Albertina Federica de Baden-Durlach, alcanzó el trono en 1751, pero fue elegido sucesor siete años antes debido a la falta de sucesión en el poder.

En aquel momento, el reino sueco era mucho más vasto que el que conocemos hoy: incluía Finlandia y Mecklenburg-Vorpommern (Estado de la actual Alemania). En sus intentos por evitar los movimientos separatistas de estas regiones, el monarca se granjeó la enemistad de todo el reino, pues en seguida se percataron de sus flaquezas. Se mantuvo dos décadas en el poder, los años en los que la monarquía sueca tuvo la influencia más baja de su historia. De hecho, se podían aprobar leyes sin el consentimiento del rey. El parlamento se fabricó un duplicado del sello de Adolfo Federico y, aunque este no otorgase su visto bueno a las leyes, éstas salían aprobadas.

Como vemos, Adolfo Federico de Suecia no pasó a la historia como un gran rey, no destacó por su astucia ni por su inteligencia. Sin embargo, su peculiar muerte sí le convierte en único: murió de empacho. El 12 de febrero de 1771 se homenajeó con un banquete descomunal: tomó langosta, caviar, chucrut, sopa de repollo, ciervo ahumado y un buen atracón de su postre favorito: Semla (uno de los dulces escandinavos más tradicionales). En total engulló 14 raciones, acompañados de grandes cantidades de champán. Aquella misma noche falleció, a causa de los graves problemas intestinales ante semejante ingesta. Por esta razón, se le conoce como “El rey que comió hasta morir”.
Frase: " La exclavitud no se abolió..., se cambió por 8 horas diarias..."


domingo, 14 de abril de 2013

Moda: Pantalones caidos

Para general conocimiento de los seguidores de esta moda tan extendida.
 


martes, 9 de abril de 2013

Huevon y Huevazos

 

Huevón. Huevazos: individuo tranquilo y torpe cuya cachaza y escasa actividad exaspera a quien lo trata. Se predica también del bobalicón y del sujeto sin reflejos, de reacciones lentas, así como del calzonazos. El huevón y huevazos es el resultado de mezclar un tonto con un pasmarote, fruto de cuya unión es el “tonto los huevos”, dicho así por tenerse en mente los testículos, zona a la que se alude en metáfora porque, en opinión del vulgo, la tranquilidad de estos individuos contribuye a engordarles esas piezas.
De lo que se puede deducir (que para eso el vulgo siempre tiene la razón -democráticamente hablando-) que, insultos aparte, los más bobalicones, lentos y torpes son los que más grandes los tienen.
Y yo pensando que la mayoría de mis jefes eran listos. Ya…, sí….
Frase:  "¿Crees en el amor a primera vista..., o tengo que volver a pasar delante de tí...?".