jueves, 26 de agosto de 2010

La leyenda de la cueva


---*** DIPLOMA DE EMPALMADOR ***---


Cuenta una vieja leyenda que una mujer pobre con un niño en sus brazos, pasó por delante de una caverna, escuchó una voz misteriosa que le decía: “Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal...”; la mujer entró en la cueva, y encontró muchas riquezas, fascinada por el oro y por las joyas, puso al niño en el suelo y empezó a juntar ansiosamente todo lo que podía en su delantal, la voz misteriosa habló nuevamente... “Tienes sólo 8 minutos...”; agotados los 8 minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, corrió hacia fuera de la cueva y la puerta se cerró...; sólo entonces recordó, que el niño había quedado dentro, la puerta estaba cerrada para siempre.
La riqueza duró poco, y la desesperación para el resto de su vida, por eso, nunca te olvides de lo principal.

Frase/s: La avaricia rompe el saco, ó, la pobreza nos hace olvidar nuestros deberes y sentimientos, para con los demás.

martes, 17 de agosto de 2010

En Latín, please...


---*** SENTIRSE COMO EN CASA, CONDUCIENDO... ***---


No sé si la selección la harán mediante una empresa de esas de recursos humanos, o habrá que preparar oposiciones con temario y eso, pero me voy a enterar en cuanto tenga un rato libre entre un descanso y otro y mando la solicitud.
Resulta que en el Vaticano, paraíso no sólo de cualquier ginecólogo vago, sino también de todos los misóginos convencidos, hay un grupo de gente que se dedica solamente a "inventarse" palabras, concretamente todas aquellas, que son muchas, que no existían en la época de Nerón, con el único fin de que puedan ser usadas en la lengua oficial del Estado: el latín.
La cosa no tiene que ser difícil, al fin y al cabo nadie te podrá llevar la contraria si te empeñas en que, algo tan inexistente en la época como por ejemplo una "tirita", se te ocurra llamarla "Fasciola Glutinosa". !Y a ver quien te va a decir otra cosa!
Y no es broma, cuenta el "quo", que en 1997 ya se editó un diccionario con más de 15.000 neologismos con el fin de facilitarle el trabajo a los traductores. Así y aprovechando que como ahora se está poniendo de moda las cosas en latín, por si acaso alguno se empeña en leer algo en esa lengua difunta, aquí van algunas de las "traducciones/actualizaciones" que no tienen desperdicio:
Motocicleta: Birota automataria
Western: Fábula americae occidentalis.
Coche-cama: Currus dormitorius
Ovni: Rex inexplicata volans
Video: Instrumentum telehornamentis exceptorium
Playboy: Iuvenis voluptarius
Whisky: vischium
Champú: Capitilavium
Retrete: Cella intima
Snob: Novissimorum morum affetator
Stripteaser: Sui ipsius nudator
Tenis: Manubriati reticuli ludus
Slalom: Descensio flexuosa
V.I.P. : Amplissimus vir
Voyeur: Obscena observandi cupido

jueves, 12 de agosto de 2010

Tiempo al tiempo



---*** TEST DE ALCOHOLEMIA ***---


El tiempo siempre ha sido una realidad misteriosa. San Agustín escribía que si nadie le preguntaba qué era, sabía lo que era, pero que apenas intentaba una definición, fracasaba.

La mayoría de los pueblos primitivos jamás usaron el reloj. Se guiaban por el sol y el tiempo era la medida de lo que hacían. De ahí la calma tranquila, la atención en el cultivo de sus campos, la concentración en la pesca, el mimo en el pastoreo. Algunos antropólogos tocanarices (y con demasiado tiempo libre) interpretaban todo esto como ociosidad o vagancia. Era todo lo contrario: trabajo con los cinco sentidos, contemplación activa de la realidad. Por eso conocían cientos de plantas y sus propiedades; por eso tenían nombres para muchos tipos de vientos, de nubes, de lluvias.

Nosotros, en cambio, dedicamos una parte del tiempo a organizar el tiempo; otra parte a mirar el reloj; otra a quejarnos de la falta de tiempo; otra a perder el tiempo. Poco a poco se ha convertido el tiempo para hacer las cosas en algo más importante que las cosas que hay que hacer. El resultado, muchas veces, es que las cosas no se hacen, pero, eso sí, se mide cuidadosamente el tiempo empleado en no hacerlas.

Aprovechemos el lunes y retornemos a las tradiciones de nuestros antepasados. Alejémonos del agobio del reloj y tengamos hoy un día laboralmente contemplativo. Siempre hay tiempo cuando se deja de decir que no hay tiempo.


"Demos tiempo al tiempo: para que el vaso rebose hay que llenarlo primero”. (Antonio Machado, 1875-1939; poeta español).