viernes, 30 de agosto de 2013

Recurso contra el Domingo

 
 
Estos días, trabajo obliga, ando rebuscando en Derecho. Eso que ganamos todos.
 
"¿Es sólo el domingo una institución deprimente?
 
Mi crónica de hoy, ya lo siento, es una crónica judicial, o sea como las del resto de la semana. Thomas Findelbaum, un antropólogo fracasado que sobrevivía gracias a ocasionales oficios, puede pasar a la historia del Derecho americano si prospera la demanda que acaba de presentar en un tribunal de Nueva York. Findelbaum, que en los últimos meses ha tratado de suicidarse, sin éxito, en ciento veintitrés ocasiones y como puede suponerse presenta un aspecto lamentable, contrató los servicios de un despacho de abogados neoyorquinos con la pretensión de querellarse contra el domingo. Sí, se trata de la primera vez en la historia, desde que se sentaran las bases del Derecho romano, en que un ciudadano se enfrenta judicialmente contra un día de la semana.
El caso amenaza con prosperar en el Tribunal Supremo americano que después del desprestigio por el caso O.J. Simpson no está dispuesto a cometer nuevos errores y cuyo presidente ha declarado que en caso de duda lo mejor es ejecutar. Lo que pide Findelbaum es que el domingo, especialmente la tarde, sea suprimido y desaparezca de entre los días de la semana. La lista de agravios que acompaña la demanda viene encabezada por una estadística que demuestra que en el mundo actual se producen tantos suicidios en la tarde del domingo como en todos los demás días de la semana juntos.
Como responsables civiles subsidiarios, Findelbaum pretende demandar al párroco Larrabee, a cuyas misas asiste cada domingo, a su equipo de béisbol que cada domingo le regala un nuevo motivo para la tristeza, a todos los programas de radio y televisión que se emiten ese día y a las empresas que conceden el domingo como festivo además de los suplementos dominicales de los periódicos.
Efectivamente, dice el pliego de cargos, estos suplementos se aprovechan de la indefensión del lector en día festivo. Muestran la cara amable del mundo, como si ésta existiera, proponen recetas de cocina que suenan a ciencia ficción, paradisíacos lugares donde pasar unas vacaciones que nadie se puede pagar, la moda enfundada en modelos sobre cuya existencia real incluso el Vaticano ha planteado dudas, coches último modelo a los que con suerte algún día tendremos cerca para rayarles la pintura con un destornillador, todo esto amparados en que es domingo. De hecho, un periódico lanzó el suplemento dominical un martes y fracasó estrepitosamente.
La pregunta que se hacen los norteamericanos es si tiene alguna utilidad realmente el domingo o es sólo una institución deprimente donde sádicos de todo el mundo aprovechan para visitar a enfermos que están tan felices en sus hospitales, donde deportistas profesionales y honrados se enfrentan al insulto, la mofa e incluso la agresión en estadios de fútbol de todo el mundo, un día en el que millones de personas sufren ese genocidio lento y cruel que se denomina ocio.
Con Findelbaum se han solidarizado la Liga del Enemigo del Chándal, la Iniciativa para el Destierro de los Domingueros, la Asociación de Taquicárdicos por culpa de los pitidos del gol del Carrusel Deportivo. En cambio, la Asociación de Amigos del Domingo, que en España tiene su sede en Lechago, Teruel, se opone de raíz a la celebración del juicio, entre otras cosas porque tendrían que irse buscando otro nombre y no se les ocurre. Según ellos, hoy la víctima es el domingo, pero mañana cualquier oficinista sin vocación se puede querellar contra el lunes, o cualquier espectador de televisión en España tendría derecho a pedir la supresión de la semana completa.
En los próximos meses habrá que permanecer atentos a las noticias que lleguen de este juicio: Findelbaum versus Sunday. Por lo pronto se han paralizado, por orden judicial, la impresión de calendarios del año próximo hasta que no haya sentencia firme.
 
Frase:  Cuando contratas gente más lista que tú, demuestras ser más listo que ellos” (Alphonse Karr, 1808-1890, escritor francés)
 


lunes, 19 de agosto de 2013

CASI QUE MEJOR..., ME VOY AHOGANDO YO MISMO....


Cuando casi era mejor ahogarse.
 
Todos esperamos no ahogarnos, y si por desgracia nos ocurre, que nos vengan a salvar socorristas como los de la foto, pero hace unos cuantos años, casi era peor el remedio que la enfermedad, y había que pensárselo dos veces antes de entrar en el agua si no se era experto nadador.
En 1807 se publicó uno de los primeros manuales de socorrismo para ahogados en el río o en el mar.
A quien había caído en el agua sin saber nadar, y era sacado medio muerto, había que practicarle urgentemente una serie de primeros auxilios. El manual de la época aconsejaba:
“Rasgar las vestiduras del accidentado y enjugar o secar su cuerpo con franelas. Tenderlo cerca del fuego e introducir aire caliente por su boca mediante una cánula. Al mismo tiempo hay que introducir humo de tabaco por su ano mediante una máquina de fumigar o fuelle, y en caso de que no se dispusiera de tal artilugio, se utilizarían un par de pipas de fumar. (Supongo que por eso casi todos marineros fumarían en pipa).
Hecho esto, se darán al ahogado gotas de agua de toronjil (hierba olorosa usada como remedio terapéutico para apaciguar los nervios, también se suele utilizar para aplacar cólicos digestivos), y se aplicarán a las plantas de los pies ladrillos calientes al tiempo que con una pluma de ave se le estimulará el interior de la boca”.
A pesar de lo extraño que pueda parecer, la fumigación de tabaco en los intestinos, a través del recto, no era una novedad. Ya a principios del siglo XVII, la practicaban los nativos americanos en Acadia (antiguas colonias de Francia en Canadá), llenaban una vejiga de cerdo, o una tripa gruesa, de humo de tabaco y, apretándola con sus manos, la vaciaban en el intestino del ahogado mediante una cánula.
En la imagen se puede ver el fuelle que se utilizaba para la reanimación… Desde luego, si con esto no reanimaban al ahogado, terminaban de rematarlo.
Los médicos europeos del siglo XVIII se entusiasmaron con esta práctica, opinaban que los intestinos, por su situación y organización, podían reavivar la sensibilidad casi perdida del todo y que, por lo tanto, la insuflación de algo áspero y caliente como el humo de tabaco era un socorro muy eficaz que se debía usar sistemáticamente.
En este interesante pdf hay más información sobre el primer manual de socorrismo conocido, y como hemos dicho muchas veces aquí, afortunadamente, los tiempos cambian.
Fuentes:

 


viernes, 9 de agosto de 2013

Señales

Dicen que hay que comer más despacio ya que, aunque estés lleno, el mensaje de que tu cuerpo ha comido lo suficiente tarda veinte minutos en viajar del estómago al cerebro. A ver, ¿tarda veinte minutos en darte cuenta que estás lleno hace veinte minutos? ¿No es un poco idiota el cuerpo? ¿Qué está haciendo el mensaje para tardar tanto? ¿Es que se para por el camino para saludar todo lo que se encuentre? ¿Cómo puede tardar veinte minutos una mísera señal desde el estómago y en cambio, si cuando te das un golpe en el pie lo sabes de inmediato... !y siendo el doble de distancia!? Algo no me cuadra.
Frase: "Bonitos pantalones, quedarían muy bien en el suelo de mi dormitorio..."