sábado, 27 de agosto de 2011

Cuarto y mitad de gabardina...


Se empeñan en repetirnos una y otra vez que los pueblos árabes son lo que son, gracias al petróleo, que no tienen otra fuente de riqueza. Un error. No digo yo que no sea su principal forma de enriquecerse (sus dirigentes), pero no es la única. Resulta que los pueblos semitas han tenido desde siempre la costumbre de andar cortándoles a sus hijos varones cierto trozo de sus anatomías. Su función empezó siendo meramente higiénica. En todo el Oriente Medio, tierra originaria de dicha tradición, el agua ha sido históricamente un bien escaso y es un hecho que un circuncidado corre menos riesgo de contraer infecciones. Por más que, como bien saben -o cuentan- aquellos recortados a los que les gusta que sus parejas se lo lleven todo a la boca, se acompañe de una notoria pérdida de sensibilidad en comparación con los de prepucio intacto. Sobre gustos, colores…
A lo que íbamos. El caso es que con la historia de la circuncisión, estos pueblos tienen un excedente diario de material genético que no es para desechar así como así. Resulta que en un trozo de prepucio del tamaño de un sello de correos hay material genético suficiente para componer 200.000 unidades de piel artificial. Por eso, desde hace años, laboratorios farmacéuticos y de investigación biológica los compran a espuertas pagando una buena cantidad de dinero por ellos. Por los prepucios digo.
Visto así, a ver si resulta que todas estas cosas que están pasando por esas tierras de Alá en vez de por el petróleo va a ser por cosa de los prepucios. Que estando las farmacéuticas por medio uno se puede esperar cualquier cosa.

lunes, 22 de agosto de 2011

Clasistas, quien...


Se habla mucho, ahora, de la discriminación positiva y dicen los eternos descontentos que eso no es una forma de clasismo. ¿Es que los pobres no son clasistas? Para selectos, los pobres, claro. Para clasistas, los pobres. Ya está bien de denunciar el clasismo de los banqueros, las baronesas o los políticos. Ha llegado la hora de denunciar el clasismo de las cajeras de supermercado y los peones de albañil, que son más clasistas que nadie. ¿O es que no hay selectividad en los andamios?
Porque, vamos a ver, ¿qué posibilidades tiene el hijo de un consejero autonómico o de un diputado de llegar a ganarse la vida en un andamio? Ninguna. Cuando el hijo del consejero autonómico llega al andamio, ya está el andamio lleno de albañiles, que los albañiles madrugan y van al copo. Y lo mismo pasa con todo. Los pobres han copado las fresadoras, las vagonetas de la mina, las cajas del mercadona, todo. Y luego dicen que si hay selectividad por arriba. los pobres sí que son selectivos. Los pobres -hora es decirlo- son un auténtico grupo de presión y una mafia. A los pobres les gusta mucho hablar de oportunidades, pero ¿qué igualdad de oportunidades le dan ellos al rico?. Los pobres todo se lo guisan y se lo comen entre ellos (cuando hay algo que guisar y comer, que no siempre hay). Pues eso. Para ser tan pobres, hay que ver lo escogidos y lo selectos que son los tíos. Y luego dicen.

martes, 16 de agosto de 2011

Cuestion de aseo


Durante una buena parte de la Edad Media en España comenzó a extenderse (por, entre otras cosas, llevar la contraria -ley del péndulo- a los hábitos de limpieza que habían tenido los musulmanes los siglos anteriores) una idea de desprecio a la limpieza, que llegaba incluso a considerar hereje a una persona por el simple hecho de lavarse habitualmente. Este poco cariño al agua se acentuó con la llegada del renacimiento, (aquí más por falta de tiempo que por otras historias, que todo el mundo sabe la cantidad de cosas a las que se tenían que dedicar los renacentistas) considerándose el baño como un hecho muy nocivo para la salud y que sólo se podía llevar a cabo si el médico así lo recomendaba. Pero no sólo no estaba mal visto no lavarse, sino que no hacerlo era considerado como una virtud de buen cristiano y noble caballero. Y dando ejemplo, Luis XI, rey de Francia, que en cuanto surgía la ocasión presumía de haberse bañado en toda su vida una sola vez. Y por imposición médica irrevocable bajo peligro de muerte.
Eso sí, estaba estrictamente prohibido realizar ningún esfuerzo cada vez que se tomaba un baño. Y, cosa rara, todos los médicos estaban de acuerdo en exigir el permanecer en cama durante varios días para reposar de tan ardua fatiga y tan perjudicial acción.
Deberíamos dejarnos de tantas moderneces (que no parece que nos lleven a ningún lado) y volver a tomar ejemplo de nuestros antiguos (y sabios) maestros. O mejor, adaptar aquellas viejas normas a la situación actual, es decir, seguir duchándonos todos los días (al final parece que no resulta malo del todo hacerlo) pero respetando escrupulosamente -por prescripción facultativa !por supuesto!- el posterior descanso necesario para reposar de tan ardua fatiga y tan perjudicial acción.
Tradición y modernidad al servicio de la ciencia médica.
Frase: " El matrimonio es una carga tan pesada que se necesitan dos personas para llevarla. Y a veces tres. Alejandro Dumas, 1802-1870; escritor francés)

martes, 9 de agosto de 2011

Discurso sin sentido



Hay veces que aunque se produzca una situación de tertulia entre varias personas, no llega a aportar ningún sentido a lo descrito, pero queda muy bien y da prestigio al orador, no ya tanto cuando la parte oidora recapacita e intenta sacar jugo a lo manifestado, por todo ello, ahí les mando uno de tantos, pues más vale para muestra un botón

Nobilísimos señores,
escucharme por un rato
para que pueda contar
las cosas que van pasando.
Porque al distinguido auditorio
hoy he venido a agradar
con un romance moderno
que les tiene que gustar.
Por eso, escuchen mi historia,
si no les enfada oírla
que, a fuer de honrado, prometo
que no ha de ser muy pesada
pues la brevedad es virtud
y más en cosa aclarada.
Allá va, pues, el romance
en que enumero y describo
los hechos de la semana
como puntual testigo.
Como grandes acontecimientos
vive el mundo en estos días
y la actualidad depara
tan importantes noticias
que duda mi torpe lengua
cuál ha de ser elegida.
Podía empezar, señores,
el romance que les traigo,
con aquello del poeta,
que viene pintiparado.
y es que si se fue ayer,
el mañana no ha llegado.
Híbrida es la situación,
en un interregno estamos,
según en este romance
pienso dejar demostrado
La verdad es que no sabemos
hoy a qué carta quedarnos
y, como comentan, está
la pelota en el tejado.
Que muy varios son los sucesos
que esta fecha depara,
más de callar no son tiempos
y otorga, dicen, quien calla
Aunque aquí no se hallará glosa,
yo a los hechos me remito,
que sólo con exponerlos
ellos hablan por sí mismos.
Pero dejemos los discursos
y ya a los hechos vengamos
que las cosas que suceden
por sí solas hablan claro
Si bien llegado a esta estrofa
y ya que todo está dicho
con claridad meridiana
punto final pongo aquí,
aquí el romance se acaba,
paciente es la concurrencia
y yo no quiero cansarla
punto final pongo aquí,
y mi romance termino.
Y al despedirme de ustedes,
perdón por mis faltas pido.

Pocas cosas tan importantes y, sobre todo, tan profundas, pueden decirse de forma tan breve. !Ya puedo ser tertuliano!

viernes, 5 de agosto de 2011

Esquemas Froidianos


Aplicar esquemas freudianos a los hechos cotidianos puede conducir a unas conclusiones sorprendentes que nos van a hacer entender mejor la esencia de las cosas. Veamos.
Los que pertenecen a un partido político son miembros. Los grupos en los que esos miembros del partido expresan sus opiniones son órganos. Y la impresión de esos órganos del partido se realiza en aparatos.
Si, como es evidente, estos señores tienen fijación por ciertas partes anatómicas, es normal que su máxima obsesión sea estar todo el día tocándonos los huevos a los demás.
Luego dicen que elfroid está caduco. Sí, ya.

lunes, 1 de agosto de 2011

El infierno


El infierno, ese lugar inhóspito donde los condenados sufren castigo eterno después de la muerte, ha sido representado en la historia del arte por diferentes iconografías, desde El jardín de las delicias de El Bosco o La Divina Comedia de Dante, a la autopista de los AC/DC o South Park.
Pero, sin duda, es el ambiente laboral quien mejor ha imaginado las infinitas combinaciones de tortura, sufrimiento y dolor. El peor infierno debería estar representado por un lunes perpetuo con jefes chonipoligoneros, empleados tragando saliva, un público vocinglero y gañán ("¡tienes que hacer lo que a mí me dé la gana que para eso te estoy pagando yo con mis impuestos!") al que atender, y todos ellos fustigados por los aires botijeros de la mala leche que se nos pone al mundomundial en los comienzos de semana.
Por lo menos en el infierno de South Park, Sadam Husein se la chupaba a Satán. Eso que ganaba. Aquí ni eso. (También es verdad que ni ganas, al menos por ahora).