He confesado
en varias ocasiones mi adicción al café, una sustancia tan tóxica como
cualquier otra y que de no ser por lo caras que salen las agujas, me inyectaría
en vena cada tres horas. Sin embargo, leído lo leído por ahí estoy planteándome
muy seriamente empezar una cura de desintoxicación que me aparte del sórdido,
cruel y despiadado mundo de los cafeinómanos compulsivos.
El "Kopi Luwak", uno de los cafeses más fuertes y de mejor sabor que existen (y, aunque más difícil de encontrar que los del Carrefour -y un poco más caro-, ya hay varias marcas que lo venden) esconde un terrible secreto. Según las instrucciones del paquete todo parece normal, granos procedentes de las plantaciones de Sumatra, Java y Sulawesi, recolectados por los nativos y recogidos después por el equivalente en aquellas tierras del Juan Valdés del anuncio.
Pero en las "instrucciones" se saltan un paso: los nativos lo recogen, sí, pero después de que un marsupial se lo haya comido, lo haya digerido y lo haya defecado. Entonces, y sólo entonces, lo recogen.
El "Kopi Luwak", uno de los cafeses más fuertes y de mejor sabor que existen (y, aunque más difícil de encontrar que los del Carrefour -y un poco más caro-, ya hay varias marcas que lo venden) esconde un terrible secreto. Según las instrucciones del paquete todo parece normal, granos procedentes de las plantaciones de Sumatra, Java y Sulawesi, recolectados por los nativos y recogidos después por el equivalente en aquellas tierras del Juan Valdés del anuncio.
Pero en las "instrucciones" se saltan un paso: los nativos lo recogen, sí, pero después de que un marsupial se lo haya comido, lo haya digerido y lo haya defecado. Entonces, y sólo entonces, lo recogen.
Claro, dicen
los estudiosos que son precisamente los ácidos y encimas del estomago de este
animalito las que modifican las proteínas de estas semillas dándole un especial
sabor que recuerda al chocolate.
A chocolate...
ya. Podía hacer un chiste fácil pero casi lo dejo aquí. Al fin y al cabo mierda
que no mata engorda. Y nunca mejor dicho.
Dedicado a mi buen amigo "Pepe, el camionero".
Dedicado a mi buen amigo "Pepe, el camionero".
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