miércoles, 14 de mayo de 2008

Calderilla...


("Este hombre es poseedor de una moneda de piedra
con la que podría comprar todo el poblado")

Siempre me quejo de lo molesto que resulta llevar calderilla en los bolsillos. Estorba, fastidia, te destroza el bolsillo del pantalón y encima, cuando la sacas (la calderilla digo), te crees que tienes una fortuna y no te llega ni para pipas.
Pero no voy a volver a quejarme. Visto lo visto por aquí somos unos privilegiados.
Los habitantes de Yap, una de las islas del archipiélago de las Carolinas Orientales perdidos en mitad del océano Pacifico, utilizaban hasta hace muy poco tiempo, unos discos de piedra a modo de dinero.
El intercambio se realiza con piedras de diversos tamaños, llegando incluso a los cuatro ( 4 ) metros.
Algunas piezas pesan hasta cinco ( 5 ) Toneladas. El valor varía según el tamaño, así, con una moneda de 10 centímetros se puede comprar, por ejemplo, un cerdo, y con una de 2 metros, se podría adquirir todo el poblado.
Los habitantes de la zona conocen el nombre, propietario e historia de todos los propietarios de las grandes piedras.
No me quiero ni imaginar el bolsillo de esta pobre gente teniendo en cuenta que la "piedra/moneda" de más valor pesaba exactamente 83,9 kilos.

1 comentario:

  1. El dinero y el poder ….

    La tecnología nos puso en la mano dinero plástico y cada ciertas calles encontramos un “gentil cajero automático” que miramos con cara de duda si habrá saldo … giramos un valor, guardamos esos papelitos de colores en nuestro bolsillo y nos encaminamos a entregarlos a “alguien que espera” … en ocasiones, también se carga a la espalda un sobregiro …. pesa menos la transacción actual y un tanto mas pesa la constante mochila en la espalda.

    Viviría en Chiloe, me encanta esa ciudad en el sur de Chile …. Entre otras cosas, en ese lugar se usa aun el “trueque” …. Me imagino en esas tierras, con las patas en el barro dándole de comer a los cerdos, cultivando verduras para cambiarlas por leche, haciendo pan amasado y cambiarlo por queso …. Cambiar lo que tengo (no como en la antigüedad que sea hacia, por que no se necesitaba) y obtener algo que necesito (eso es cierto) …. Y dejando de lado los números y las estadísticas de una vida pasada, no me sentiría en desventaja si cambio un cerdo por dos gallinas …. Que rico, una cazuela de ave de campo ¡¡¡.

    Que liviano mi cuerpo sin cargar dinero plástico, ni piedras, ni monedas ….

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