El Zar Samuel Esteban
(979-1014), gobernador de Orchid (capital de la antigua Bulgaria) murió de un ataque al corazón tras la
impresión que le produjo comprobar en que estado regresó su ejército tras una
batalla contra los bizantinos, una guerra enquistada durante 40 años y cuyo fin
llegó tras este macabro capítulo.
En uno de los momentos de
esa guerra de cuatro décadas, los búlgaros, que apenas podían defenderse de los
ataques bizantinos, vieron una posibilidad de victoria cuando se encontraban en
el valle del Río Struma y guiados por el Zar Samuel Esteban, decidieron atacar.
En los primeros compases de la contienda, la batalla estaba igualada, algo
inaudito hasta entonces. Sin embargo, , los bizantinos reaccionaron rápidamente
y contraatacaron: rodearon al enemigo y les atacaron por la retaguardia.
Ante esta situación, los
búlgaros perdieron el control y desordenaron sus filas, donde reinó el
desconcierto. Basilio II, emperador bizantino conocido como “El matador de
búlgaros” aprovechó la coyuntura para conseguir 15.000 presos. Previamente, el
Zar Samuel Esteban pudo huir a Orchid y en su reino, fue advertido de que su
ejército regresaba. No obstante, le extrañó la extrema tardanza con que sus
soldados volvían a casa. Ante sus sospechas, decidió salir a su encuentro.
Cuando los halló, su visión
no pudo ser más desoladora: regresaban a casa 15.000 soldados con los ojos
mutilados. Los bizantinos los agruparon en tropas de 99 soldados ciegos y uno
tuerto al mando, que ejercía de guía. Así que el Zar búlgaro contempló como 150
soldados tuertos intentaban manejar a casi 15.000 ciegos. Dos días después, el
Zar Samuel falleció por una apoplejía y la desmoralización del ejército búlgaro
fue tal que la guerra terminó.
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