Menos de tres cuartos de
hora. Menos de lo que dura uno de los periodos de un partido de futbol. Ese es
el tiempo que duró la guerra más corta de la historia. Sucedió en Zanzíbar,
actualmente una región semi-autónoma de Tanzania, que comprende un par de islas
alejadas a la costa este de África.
La guerra fue un conflicto
militar entre Reino Unido y Zanzíbar, sucedió el 27 de agosto de 1896. La causa
de la guerra fue el fallecimiento del sultán Hamad bin Thuwaini, gobernador de
la isla. Su primo Khalid bin Bargash tomó el mando de la ínsula con un golpe de
estado, por lo que el gobierno británico le instó a abdicar. Hamad bin Thuwaini
estaba dispuesto a cooperar con la administración colonial británica, por lo
que su muerte trastocó los planes ingleses, que tenían ya escogido otro
candidato, Hamud ibn Muhammad, para situar al frente del gobierno de la isla.
En definitiva, Khalid bin Bargash (el del golpe de estado), se negó a ceder su
poder y Reino Unido consideró la situación como un casus belli, tras lo que se
le envió un ultimátum al nuevo gobernador. Como respuesta, Bargash organizó una
barricada en el interior de su palacio.
Los británicos al considerar
esto como un casus belli, le enviaron el ultimátum a Khalid, en el que se exigía
el que ordenase a sus tropas abandonar el palacio. En respuesta, Bargash
movilizó a su guardia de palacio montando una barricada en su interior. Fueron
unos 2.800 zanzibaríes (la mayor parte de ellos, civiles reclutados) los que
intentaron defender el palacio.
Tras un bombardeo británico,
que se inició a las 09:02 horas, un ataque navío para acabar con la artillería
de los zanzibaríes y poco más esfuerzo, la bandera del palacio fue abatida a
las 09:40 horas.
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