Cayo Apuleyo Diocles (en
latín: Gaius-Appuleius Diocles) era un auriga durante la época del Imperio
romano; es decir, “conductor” de los carros tirados por caballos. Como contexto
histórico, cabe recordar que los aurigas no eran siempre bien tratados. De hecho,
eran esclavos, aunque durante la época del Imperio de Roma el auge de las
carreras fue tal que los aurigas se convirtieron en ídolos de masas, como hoy
pueden serlo los futbolistas. Este apogeo, a los que despuntaban les permitió
ganar cantidades ingentes de dinero. A partir del siglo II algunos aurigas
podían entrar en una élite, denominada miliarios, a la que pertenecían aquellos
que habían acumulado mil victorias en las carreras de cuadrigas. Como puede
entenderse, a ello se le unían grandes riquezas, fama y el respeto del pueblo.
En este entorno forjó Cayo
Apuleyo-Diocles su trayectoria, un milario considerado como el auriga más
prestigioso de la Antigua Roma. Nació en Lusitania, es decir, Portugal, en el
año 104. A los 18 años comenzó a dedicarse a los deportes profesionales. Su
primera carrera la corrió como auriga en la facción blanca (equivalentes a los
equipos; las más importantes eran los Rojos, los Azules, los Verdes y los
Blancos), dos años después pasó a la Verde y desde los 27 hasta los 42
permaneció en la Roja; es decir, al igual que hoy los deportistas pueden
cambiar de equipo, los aurigas también.
Lo curioso del caso de
Diocles es que no fue el que en más carreras compitió, pero sí fue el que mayor
fortuna obtuvo. De hecho, pese a las colosales fortunas que amasan los
deportistas más afamados de nuestro tiempo, ni siquiera son comparables a la de
este peculiar e inteligente portugués. Participó en 4.257 y ganó 1.462. en
total, subió al podio (es decir, estuvo entre los tres mejores) en el 68 por
ciento de las carreras en las que participó.
También convirtió nueve
caballos en centenarios; es decir, ganaron 100 o más carreras; e incluso, uno
de ellos, Pompeianus, en bicentenario. Pero Diocles no fue el que más concursos
conquistó. Otros obtuvieron mayor número de victorias, como por ejemplo
Pompeius Musclosus, laureado en 3.599 ocasiones. Sin embargo, este “conductor”
luso amasó una riqueza mucho mayor que cualquiera de ellos. ¿Cuál fue, pues, su
truco?. Sencillo: se entrenó y se esforzó en vencer en las competiciones en las
que el premio era de mayor cuantía.
De nuevo, debemos realizar
un esfuerzo y situarnos en el contexto histórico, esta vez con respecto al
poder adquisitivo del pueblo. El salario medio de un obrero oscilaba entre unos
700 y 2.000 sestercios al año. Pues bien, según lo inscrito en su lápida del circo romano de
Nerón, los ingresos de Diocles ascendieron a un total de 35.583.120 de
sestercios, dinero suficiente para proporcionar grano a toda la población
romana durante un año. Pero por si esta referencia no nos resulta significativa
o nos parece una referencia vaga, convirtamos esa cifra a nuestra moneda
actual: ¡más de 11.500 millones de euros!. Según la lista de la prestigiosa
revista Forbes, en la actualidad el deportista que ha logrado mayores ingresos
a lo largo de su carrera es el golfista Tiger Woods, menos de 800 millones de
euros.
Su vida fue extremadamente
larga, pues debido al alto riesgo de este deporte, los aurigas morían jóvenes.
Diocles dejó el mundo de las carreras a los 42 años, es decir, labró 24 años de
competición. Al poco tiempo le halló la muerte.