miércoles, 6 de junio de 2012

Tengo una duda, con o sin...



Una duda me corroe desde que en mi caja tonta se mencionara la noche de bodas de la señora Duquesa de Alba con su arriesgado caballero. Sin embargo, por más que he mirado, preguntado y rebuscado no he sido capaz de obtener respuesta a un (muy importante) detalle del asunto más lidiado en estos días: ¿se hizo un depilado integral la señora Duquesa de Alba con vistas a su tan deseada noche de bodas y a la (feliz) coyunta que suele acompañar dicho evento?

No es asunto banal. A lo largo de la historia el tema pelo ha sido casi obsesión entre las señoras importantes. Las egipcias, Nefertiti un suponer, o la Cleopatra aquella, sin ir más lejos, se lo depilaban todo, pero lo que se dice todo, de arriba abajo; no sé si sería por estética, por capricho de los faraones o por el piojo verde y la invasión de las (simpáticas) ladillas, pero se los quitaban todos. No diré yo si es más moderno la depilación o la pilosidad, porque no lo sé, pero creo que hay personas estrechas y reprimidas, liberadas y concienciadas con pelo y sin pelo, gente moderna con matorrales y gente antigua que se pasa la vida afeitándose la hernia con navaja barbera, jabón y brocha.

En todo caso, la depilación (sobre todo si es por partes: -axilas, cejas, pantorrillas, ingles, etcétera-), es un pasatiempo honesto y que bien puede servir para no estar todo el día leyendo blogs o escuchando a la belén esteban (tanto monta), que todo cansa.

A mí, particularmente, me gusta todo sin pelos; cuestión de comodidad. Uno tiene que estar a lo que tiene que estar sin tener que andarse preocupando de lo que se lleva -o no- a la boca. Nada más antiestético que en mitad de, un pelo trastee por el paladar. Por muy bien que esté su donanta. Como, evidentemente, es el caso.

De todas las formas apuesto porque el nuevo señor duque de alba no habrá tenido semejante problema a la hora de consumar en su apasionante, emocionante y (es fácil de imaginar) que conmovedora noche de bodas. La alta cuna siempre ha estado a la última. !Faltaría más!

Frase: "Lo duro no es aguantar el peso de los cuernos... ¡sino mantener a la vaca!"

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