Pensamientos y reflexiones que nunca creí pudieran ser del agrado de tanta gente.
jueves, 1 de enero de 2009
Feliz Año Nuevo 2009
Opciones para esta nochevieja.
Y entonces me empieza a recorrer un sudor frío, muy frío.
Una: quedarse en casa con la familia:
Brindar con esa alegría tan de manual y socorrida ella, "¡¡feliz año nuevo!!", aguantar a los inevitables metepatas que traen la cogorza ya puesta de la tarde, besarse alborozadamente con el mismo con quien hasta hace dos minutos y durante todo el año estabas a cara de perro, sacar todos el móvil para llamar a la vez en un concurso para ver quien es capaz de gritar más fuerte, divertirse por cojones bebiendo champaña o cava y comiendo hasta que los polvorones te salen por las orejas, aguantar que los primos lejanos, a los que no conoces de nada ni ganas, te pongan "tibio" con cuatro botes de espuma y te "inviten" inevitablemente a recorrer el comedor sorteando sillas y mesas, mientras suena “a mover la colita...”
Dos: salir:
El tráfico atascado y el frío de estepa siberiano, encontrase ochocientas personas donde sólo caben doscientas, hacer una hora de cola para dejar el abrigo y otra para recogerlo, una más para conseguir un zumo en la `barra libre' y un par de ellas para poder entrar en el cuarto de baño sorteando los vómitos. Aguantar a los hijos de su madre de los petardos, que se los podrían meter por donde el sol no brilla. Contemplar alguna pelea de órdago y a alguno llorando a las tantas, acabar con dolor de todo, que para eso siempre esa noche sienta mal el marisco o el puñetero pavo.
¿Y que tal meterse en la cama a las nueve después de cenar una sopita...? planificada con tiempo por supuesto.
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