
No importa que tengan el mismo principio activo, que contengan la misma dosis o que, incluso, tengan un mismo nombre comercial: los medicamentos cuyas cápsulas o pastillas sean de color rojo o negro curan más.
Somos tan sugestionables que la forma, el tamaño, el color y hasta el precio de los fármacos determinarán un mayor o menor efecto del mismo.
Así, un medicamento compuesto por pastillas o cápsulas de color "blanco", de un tamaño mediano y de un precio "bajo", suele ser percibido por quien lo recibe como mucho más "débil" que uno que contenga pastillas o cápsulas rojas o negras, de un tamaño grande (o muy pequeño) y un precio elevado. Además, las cápsulas amarillas será percibida por la mayoría de los enfermos como "estimulantes", mientras que las azules o las verdes les darán sensación de "tranquilidad".
Y lo que es peor, si al recetarlo el médico alaba las ventajas del producto "vendiéndoselo" al paciente como "muy potente" y "muy complicado" en su forma de actuar, está comprobado que su eficacia aumenta entre un 25 y un 75%
Decididamente somos idiotas..
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