miércoles, 28 de diciembre de 2011

Medio cursilada, felicitación a mi mujer


Aunque ya tengo una edad no me falta imaginación, aún así me resulta un tanto iluso intentar describir paraísos imaginarios. Sobre todo porque el mío lo tengo cerca, muy cerca. El paraíso sigue estando en su piel del color de la leche que mantiene vivo mi deseo después de tantos años. El paraíso es poder sumergirme en la claridad de sus ojos y nadar en su inmensa profundidad. El paraíso se muestra en la calidez de sus manos y en la apacible acogida de sus abrazos. El paraíso está en la suavidad de sus labios y en la natural espontaneidad de sus besos. El paraiso está...
Venga, bah…, no sigo, pero es que hoy me apetecía ponerme cursi, muy cursi. Es mi regalo de Año Nuevo, precisamente el día de Año Nuevo, me refiero a esa mujer que me aguanta y soporta ya tantos años, si… es para ti Amparo. Porque, aunque estos últimos días he podido comprobar qué razón tenía Mario Benedetti cada vez que afirmaba que cuando creemos que tenemos todas las respuestas, viene la puta vida y nos cambia todas las preguntas, uno sigue siendo así de gilipollas. O peor, mucho peor, un gilipollas enamorado hasta las trancas. Y sin remedio.

1 comentario:

  1. haysssssssss pues q me pongo tierna y q esto me gusta q se lo escribas a mi amiga.gracias por acordarte ese dia, pues mi amiga lo necesitaba mas q nunca.

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