domingo, 25 de septiembre de 2011

Dolor...


Estoy ahora en mi casa, me tomé el día libre, he tenido semanas demasiado complicadas, sin tiempo ni para un respiro, además mi ánimo hoy no es precisamente el mejor…
Desde niño siempre he sido abierto, nunca he sido tímido, ni reservado al momento de conocer gente nueva; mi casa siempre ha sido punto de reunión para mis amigos, recuerdo siempre la sonrisa de mi madre cuando llegaba del colegio acompañado de un ejército de chicos, y aunque la vida nos ha llevado por distintos caminos…, y distintos lugares para realizarnos, al final siempre nos damos tiempo para nuestra reunión, mínimo cada dos meses, y si es antes mejor…hemos pasado demasiadas cosas juntos, castigos por travesuras de niños, exámenes, el primer beso…, el determinar qué rumbo profesional tomaríamos cada uno de nosotros… el abandonar nuestra ciudad para ir en busca de un sueño y regresar con el corazón roto…, compromisos matrimoniales que culminaron en hermosas bodas, fracasos de amor al firmar un acta de divorcio…, pero, sobre todo, una amistad a prueba aún de la distancia.
Pero nunca habíamos pasado nada que no pudiésemos superar juntos…, el sábado hubo una reunión, de esas que se organizan por teléfono, y por el simple deseo de vernos, ahora sólo somos cinco los que estamos en la ciudad, así que solemos reunirnos con mayor frecuencia para intentar que esta amistad permanezca a flote; sólo dos semanas antes tuvimos nuestra reunión; pero el destino suele darnos sorpresas…de las cuales sales lastimado…
Sólo estuve un rato, preparamos la cena, charlamos, hicimos un par de llamadas para los chicos ausentes, muchos mensajes a móvil, sonrisas, nostalgia y vino tinto, no en exceso, pero el suficiente para disfrutar de la velada.
No hay mucho que decir, al final uno de ellos se empeñó en conducir cuando su novia vino a recogerlo…, iba contento, hablando demasiado, como es su costumbre, tu vida es perfecta en sus palabras, lo tenía todo… una novia que amaba y era correspondido, una carrera profesional que le llenaba en todos los sentidos…, y eso desapareció en un par de segundos… sucedió simplemente…sin explicaciones lógicas en una autovía por la que ha conducido toda la vida…, alguien derramó aceite… y en la oscuridad de la noche, el perdió el control del coche… y falleció en el mismo lugar…, ella está internada, sus heridas aunque graves no ponen al final su vida en peligro… pero al verla tan devastada por lo sucedido, me afirma con el rostro descompuesto… que su vida terminó, que no hay nada más allá de esos dos segundos en que él dejó de sonreír…
Hoy estoy demasiado triste, desconcertado, no puedo entender como una persona puede morir así…dejándolo todo, ya lo sé…la muerte, jamás suele ser lógica… pero hoy me duele demasiado para siquiera intentar entenderla…

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