lunes, 11 de julio de 2011

Regalos


Es muy feo no ser agradecido a los regalos que le hacen a uno; aunque no sea acertado, hay que agradecer la intención. Es lo que me dicen siempre porque parece ser que soy muy malo para recibir regalos, a tal extremo que mi nombre suele ir unido a la frase "¡si es que no hay forma de regalarle nada!". Y yo lo siento, porque es una postura antipática.
Sirva en mi descargo que se llega a una edad en que tienes todo lo que necesitas –y además necesitas menos que a otras edades- y por eso mismo es más difícil acertar con los regalos. A pesar de todo aclaro que la intención la agradezco siempre, el problema lo tengo porque acabo rodeado de objetos inútiles.

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