Pensamientos y reflexiones que nunca creí pudieran ser del agrado de tanta gente.
jueves, 23 de junio de 2011
Tetas
Tengo un amigo que es un verdadero fetichista en todo lo que se refiere a los pechos femeninos. Como todo buen macho que se precie, se jacta de conocer los deseos de su compañera de turno simplemente por la forma de sus tetas. Y lo que es peor, se empeña en contarlo a todo el que lo quiera oír.
Por razones evidentes el tema, así en general, no me interesa lo más mínimo, sin embargo ayer, entre el fútbol y las cervezitas le presté un poco de atención y él, como recompensa, animó sus pesadas conversaciones monotemáticas con ejemplos vivos y al final, su clase práctica hasta resultó entretenida.
Pasa una con los pechos grandes, pues resulta que estas son mucho menos sensibles según no sé que investigación y mi amigo lo corrobora y hasta se empeña en explicarme el por qué; Dice que los nervios al estar más estirados, hacen que disminuya la sensibilidad y que con estas hay que tener mucha paciencia pero que nunca falla lo de darles unos mordisquitos cariñosos a tiempo.
La siguiente tiene las tetas pequeñas, me entero de que estas soportan mejor el movimiento y que lo que más les gusta es que se las masajeen con mucha suavidad pero en su justo momento. No sé para qué, pero tomo nota.
Le llega el turno a los pezones, habla con propiedad de su importancia, si son grandes son más sensibles por tener más terminaciones nerviosas y que lo mejor es masajear la parte exterior de sus pechos bajo las axilas, si son pequeños hay que centrarse en el círculo oscuro que hay alrededor y sobre todo en el cuadrante superior del pezón, ese que está entre las diez y las dos si miráramos un reloj. Está claro, es todo un experto que puede comparar una teta con un reloj.
Mientras se extiende en explicaciones su entusiasmo crece, distingue a través de la ropa los pechos caídos y me cuenta que para esos nada mejor que tumbarse hacia arriba, que así alivia la presión, porqué físicamente son los menos sensibles al tener los nervios estirados y comprimidos por el peso;
Cruza una con pechos operados y parece que le ha tocado la primitiva, sus ojos se abren como platos y confiesa que le vuelven loco, que su movimiento diferente a los naturales es sonido celestial, que para entrar en éxtasis no hay nada como mover la lengua en círculos que giren gradualmente hacia los pezones. Y se tiene que limpiar la baba.
¿Me estaré perdiendo algo?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario