miércoles, 17 de noviembre de 2010

La querida del Jefe...



Si se limitara a acostarse con el jefe vaya y pase. Pero este ser es odiado/envidiado por el resto del personal por sus aires de “Primera dama” (en negro) de la oficina, por pretensiones de segunda en el escalafón y beneficios cuyo sueldo no cubre decentemente.
Con menos méritos para el puesto que ocupa que el Pollo Olivera para estar en la selección, a esta chica siempre “alguien” le da “apoyo” oficial y sin competencia alguna logra su cometido o un meteórico ascenso. Ídem el Pollo.
Infumable el falluterío con que trata a la esposa del jefe en los asados de la empresa, a sabiendas del personal que no puede creer lo fresca que es la tipa. Sobre todo cuando comenta, como si fueran íntimas, la recuperación del Sr. Fernández de la gripe.
¿Y el kia nocordu? Fijo que tienen de marido un bobalicón, fulero pero adornado, que se cree pícaro con el resto de los empleados en las fiestas. Y el tipo es importador de algo, gerente o lo sea que da mucha guita. ¡Y en el fondo todos sospechamos que sabe que su mujer se acuesta con nuestro benemérito jefe!
El alcahuete/a de la oficina logra beneficios extras. Pero la mina del jefe tiene cuarenta días de licencia (“¡Me guardé días cuando fui a Floripa!”) obsequios extra el día de la secretaria (aunque no lo sea), regalitos anónimos ¡y feriados no laborables hasta el 4 de julio!
Tú te rompiste el culo preparándote en marketing y eres el indicado en cierta área ¡pero la que mandan a ese congreso de Mercadotecnia Estratégica en las Vegas es la perra ésta que hasta se complicaría la vida pasando el código de barras por un láser!
Y cuando creíste haber visto todo –y este es un clásico- ¡la tipa opina y lo que es peor incide en decisiones del directorio que afectan al resto! Bien dicen que “Más que yunta de bueyes tira más un vello púbico” (Versión publicable del refrán)
Las pequeñas venganzas: siempre se pueden regocijar los compañeros con los horrores ortográficos que la energúmena escribe en un memo o las faltas de ortografía que –si sabe como enviarlo- puede meter por párrafo en un mail, y pasárselo a todos con el asunto “SI JODE COMO ESCRIBE ‘TAMOS FRITOS”.
Ordinaria como eructo de mortadela esta chica es capaz de venirse a trabajar con pantalones blancos y bragas negras hilo-dental, como muestrario andante de bijou, o con esos relojes caros enormes cuadrados hiperterrajas, cuando no la Vuitton paraguaya.
Pero el patético siempre será el jefe, que aún haciéndose el discreto tiene un goce interno ante el resto, cuando en realidad es un pánfilo muerto en vida que si no fuera por el puesto o las “inversiones extras” no se montaría ni a una Vespa…

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